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A Arancha le han dejado plantada en el altar y le han echado del trabajo, por lo tanto, no está en su mejor momento. Así que después de estar en casa hundiéndose en su miseria, decide ir al paro y se encuentra de cara con su ex. Un ex que hace años le partió el corazón. Si esto no sirve de procedente, en cuanto llega a casa un repartidor le entrega un paquete a su nombre. ¿El problema? Que el paquete no es suyo, el contenido no es nada que pudiese imaginar y la carta que lleva dentro, menos. Me ha costado entrar un poco en la historia, aunque creo que ha sido más culpa mía que del libro, ya que tener cuatro lecturas a la vez, no ayuda, pero ha sido coger el ritmo, y leérmelo del tirón. Ha sido un viaje muy bonito, lleno de venganzas, de risas y he aprendido que si quieres algo, tienes que ir a por ello, aunque las circunstancias no sean las mejores. He echado en falta más diálogos, a veces la protagonista divaga tanto en la conversación, que cuando contestaba pensaba: ¿qué dice ahora? Aun así, es un libro que me ha gustado mucho, y el carácter de Arancha es una de las cosas que más me ha gustado, es muy suya y con un humor muy ácido con respuestas para todo. Sin contar con Gautier (❤️), menudo personaje, increíble. |
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