Tras regresar de Irlanda, Diane decide reconstruir su vida en París, con su mejor amigo Félix y poniendo toda su alma para levantar su café literario, donde conocerá a Olivier, un hombre que la cuidará, la querrá y la entenderá. Leí la primera parte de esta bilogía (La gente feliz lee y toma café) hace unos años y me encantó, y este no ha sido menos. Me gusta mucho la manera de escribir de la autora, contando cosas de la vida diaria, metiéndonos de lleno en la vida y los pensamientos de la protagonista, hace que sientas lo que sienten los personajes y alguna lagrimilla que otra se me ha escapado. Es muy cortito, y de muy fácil lectura, os lo recomiendo. |