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Olivia no tuvo una buena niñez, su adolescencia fue complicada, pero con esfuerzo consiguió salir adelante por ella misma. Ahora está en una relación tóxica, con una persona que la empequeñece, que la intenta anular, lo único bueno que tiene es su grupo de lectura, pero él no puede enterarse. Un día Olivia llega a su límite, ya no puede más, necesita escapar y volver a respirar, en un momento desesperado solo se le ocurre una persona que pueda ayudarla. Aren y Lena son hermanos, regentan una panadería/cafetería, perdieron a sus padres siendo muy jóvenes y se apoyan mutuamente en todo, se quieren con locura y lo darían todo por el otro. Vamos a ver con el paso del tiempo la evolución de Olivia, una de las cosas que más me ha gustado, ver cómo iba dando esos pasos, como se ha tomado su tiempo para sanar y convertirse en lo que siempre quiso convertirse. Lena va a ser un gran apoyo para ella y Aren es alguien que va a ser muy especial para ella. Vamos a tener romance, muy poco. Porque para estar en una relación, querer a alguien como se merece lo primero que uno debe hacer es sanar y quererse a uno mismo para poder tener algo con alguien. Me ha gustado mucho Aren cómo ha manejado sus sentimientos, como apoya en todo a Olivia, como le da su tiempo y como le deja enfrentarse a sus demonios y fantasmas siempre con la mano extendida para que se apoye en él si lo necesita. Si en esta historia esperáis encontraros un romance que sea el hilo que todo lo mueve, este no es ese libro. Es una historia que habla de superación, de valor y amor propio. de aprender a hacer cosas, volver a conocerte y convertirte en la mujer que quieres ser. Una oda a la vida y la libertad. La búsqueda de una mano amiga y reencontrarse con uno mismo. Una historia emotiva y esperanzadora. |
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