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Sevilla, verano, cuarenta grados a la sombra y la pregunta palpita en nuestro pensamiento, ¿hay un asesino en serie recorriendo las calles? La Inspectora Camino habla sin tapujos y con poca sensibilidad, pero acaba atrapando al lector. Un equipo humano disparatado, pero con buen instinto policial. Tenía muchas ganas a esta lectura (ese patito negro me sedujo y debería haber venido con el libro) y no me ha defraudado. No dudéis en sumergiros en su lectura.
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