Siempre es un placer leer nuevas autoras que me mantengan enganchada a la historia que están narrando. Y si además añadimos una trama acontecida en mi misma comunidad autónoma hace que todo se sienta más cercano, más creíble. En su primera novela la autora nos presenta a Annika, una policía diferente, inquieta y con mucho olfato para encontrar el problema. Nos sumergimos en casos de violencia doméstica, de trata de blancas para acabar descubriendo como la violencia está íntimamente ligada en las diferentes capas de la sociedad. Todos lo saben, todos callan, todos lo permiten y ahí, en frente de tu puerta está sucediendo el horror. Sin duda, deseando sumergirme en su segundo y tercer libro.
|