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Compré este libro porque me encantan las novelas que me hacen pensar. En general, el libro me ha gustado, pero se podría mejorar. Una de las cosas que me gusta es que la trama está muy bien estructurada. La distribución realizada en cada capítulo, agilizan la lectura. Pasan muchas cosas, pero en realidad, si te fijas, toda la trama se desarrolla en 17 días, cosa que me ha sorprendido positivamente. Conforme vas leyendo, el cuerpo te pide más. Lo único es que esa velocidad frenética, cuando estás en lo alto del «subidón», simplemente, se acaba. El final no sigue el mismo ritmo que el resto de la novela. Es como si se le hubiera acabado el papel y tuviera que acabarla de manera precipitada. A modo de ejemplo, un valenciano diría que “es como una mascletà sin terremoto final”. Un error importante, por lo menos para mí, es que las fechas están mal en todo el libro y es algo que se tendría que haber detectado en una de las revisiones. Empieza el libro con un sábado 13 de marzo de 2009, pero en realidad, ese día no era sábado sino viernes. En cuanto a la edición del libro, el tamaño de la letra y el interlineado es el justo para leerlo con comodidad. Me gustan los libros con solapas porque estas evitan que se abran la portada y la contraportada. La gran pena es la pésima corrección ortotipográfica y los errores de maquetación, que deslucen el trabajo que ha realizado el escritor. Si no sois muy «tiquismisquis» con los puntos negativos que he citado, vale la pena leer esta novela. |
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