Hildegarda

A lo largo de la historia numerosos son los personajes que con sus actos y palabras han dejado su nombre para la posteridad. Lamentablemente, son pocas las mujeres que han gozado de este privilegio al haber sido escondidas en un sistema que no quería darles el espacio que se merecían. Hildegarda de Bingen fue una de muchas, pero también una de pocas, una de las pocas cuyo nombre no ha sido borrado y a la que tenemos el lujo de conocer.

Hildegarda fue una religiosa del siglo XII que profundizó en su relación con Dios mediante las visiones que tenía, aunque también estudió lo mundano, habiendo escrito tratados sobre plantas medicinales, música e incluso del orgasmo femenino. Si leéis la sinopsis del libro, encontraréis un recopilatorio de los hitos de su larga vida. Un resumen que nos habla de la importancia de esta mujer pero que puede conducir a engaño sobre la temática de esta novela: no, no es una biografía al uso, sí, sí se recoge la vida de Hildegarda.

Anne Lise Marstrand-Jorgensen crea con un lenguaje poético una especie de ventana en el tiempo a través de la cual podemos viajar para conocer a Hildegarda, o la imagen que ella cree que tuvo. Con esta lectura somos transportados a su infancia, una infancia dura y difícil, caracterizada por una enfermedad constante que parecía estar dispuesta a arrebatarle la vida. Siendo todavía una niña fue llevada a un convento junto a su maestra Jutta, una joven con una fuerte religiosidad que expresaba mediante la abstinencia y un seguimiento estricto a la norma. Es en su presencia donde aprenderá a identificar sus visiones, quién las provoca y cómo mejorar o aprovechar esta relación mística.

Sus años en el convento nos permiten definirla como una mujer fuerte (algo que contrasta con su infancia), decidida, atrevida y muy inteligente, con una fe férrea pero que no duda en cuestionar todo cuanto la rodea e intentar cambiar el mundo, acercándolo a la luz de sus visiones. Si bien no encontraremos una biografía exhausta que noveliza el cómo y el porqué de lo descrito en la sinopsis, sí que conoceremos a Hildegarda, a la mujer tras el mito, a la mujer humana y especial que hay detrás de todos sus logros, centrándose especialmente en el apartado de la espiritualidad. Es por ello que no es una novela para todos los públicos. El ritmo es pausado, el contenido religioso es predominante y no es una biografía convencional. Es una novela lírica, bella, en la que podemos intuir y ser partícipes de la grandeza de Hildegarda, de sus peculiaridades y de su constante lucha por ser escuchada, por aprender y por conocerse y conocer.