La última niebla/La amortajada

Sumergirse en la obra de la chilena Maria Luisa Bombal (1910-1980) es adentrarse en su propia vida. Las mujeres que habitan en sus relatos son prolongaciones de ella misma; repiten ese amor trágico que la llevó a huir de su país, su incompresión y la soledad que la acompañó hasta el día de su muerte.
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Las protagonistas de Bombal se debaten entre la realidad y la fantasía, entre la vida y la muerte. Siempre al limite, siempre haciendo equilibrios sobre la delgada línea que separa lo real de lo onírico. En su obra hay amor, naturaleza y muerte. La muerta de Bombal recuerda, desea y espera volver a morir. La naturaleza se rebela como el único marco donde sus protagonistas pueden encontrar la libertad que el mundo masculino les niega y el amor, el amor de Bombal es tóxico, es desgraciado y es suplicante.
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Lo que más me ha impactado de su obra, además de que me ha parecido muy adelantada para su época, es su prosa. María Luisa Bombal utiliza una prosa poética, atmosférica y extremadamente bella, leerlos sus relatos es como escuchar una pieza clásica que te envuelve y acaricia hasta erizarte la piel.
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Estoy segura que para muchas María Luisa Bombal es una desconocida, para mi lo era hasta que una amiga me habló de ella. La razón no es otra que su ingreso, durante mucho tiempo, en el club de las olvidadas y, todo ello, a pesar de estar considerada una de las mayores exponentes de la literatura contemporánea hispanoamericana y ser la precursora del realismo mágico... ahí es nada!