Te oigo, pero no te escucho

Marina ha estado cuatro meses en coma, al despertar hay cosas que no recuerda. Después de un tiempo de convalecencia, sigue sin recordar, su psicólogo en vez de ayudarla es todo lo contrario. Además no puede volver al trabajo, le estresa no poder salir de casa y si esto fuera poco hay una voz en su cabeza que le habla.

Esa voz no es una voz común, se llama Tatiana y no es una voz es como otra persona metida en su cabeza. Como su alter ego.

Después de mucho pensarlo, y que un compañero se lo ofrezca, decide cambiar de aires y se marcha cerca del mar, para poder descansar y dejar muchas cosas atrás.

Alex lleva una temporada de mal humor, es borde con todo el mundo y no es muy social que se diga, a veces ni siquiera aguanta a su propia familia, la separación de su ex le ha dejado así de apático y mal humorado. Tiempo después sigue sin entender porque todo se fue a la mierda.

Alex y Marina van a tener que convivir juntos, el tío de Alex se la ha jugado a ambos, pero es que Alex tiene el cometido de proteger a Marina. El primer encuentro entre ellos es tirante y un poco hasta cruel por parte de Alex.

La convivencia entre ellos no va a ser fácil, cada uno de ellos tiene sus problemas del pasado. Pero aquí entra Sito, el hermano de Alex, que hará de intermediario entre ellos.

Tendremos un romance, que al principio todo empieza con un tipo de Enemies pero se irán conociendo y apareciendo la atracción, pero para que todo pueda pasar uno de ellos debe dejar el pasado atrás.

Como os he comentado Marina tiene amnesia, pero ese pasado va aparecer en el momento menos oportuno, para que Marina se de un baño de realidad.

En está ocasión ha sido una historia que no he podido conectar, no se si porque es cortita, pero es que los personajes no he terminado de entenderlos y ni siquiera me gusto el malo del libro.