Refugio zombi

Estamos a finales del año 2012, y Eduardo viaja de Doja al Pirineo catalán, en concreto al valle de Nuria. Todos los años pasa allí las navidades con su primo y esta vez va va a llegar justito para las bromas pesadas que ambos realizan cada veintiocho de diciembre, y encima no se encuentra demasiado bien. Esto es un libro de zombis, así que ya os imagináis que no es gripe lo que tiene el muchacho.

Tras conocer a Eduardo, el autor nos presenta las localizaciones, que ya os digo que son unas cuantas. Nos las describe de tal manera que dan ganas de coger un tren hasta allí, pero sin zombis si puede ser.

El autor nos plantea un escenario familiar e idílico en plenas vacaciones invernales, pero sí a eso le añades una tormenta solar, varios grupos de gente sospechosa, una policía local poco acostumbrada a grandes problemas y personas a las que de repente les da por comerse al de al lado, pues ya tienes la carnicería en marcha. al transcurrir todo al principio de la epidemia, los personajes no tienen demasiado tiempo para analizar lo que ocurre, tan sólo tiene tiempo de darse cuenta de que no es una broma y huir, el que puede.

La acción se desarrolla en tres días así que todo es muy frenético, aunque al ir viajando de un edificio a otro la cosa parece más lenta. Me ha costado un poco la parte de los niños, porque hay unos cuantos, y llega un momento que tanta muerte satura, pero te recuperas rápido.

Hay varios grupos con personajes relevantes y notas su miedo y su angustia, también su ansia por sobrevivir y salir del lío en el que están metidos. Las catástrofes sacan lo mejor y lo peor de las personas, deseas que a alguno se lo coman los zombis y sufres cuando le pasa a otros. Y os aconsejo que no le cojáis mucho cariño a nadie, porque aquí muere hasta el apuntador, aunque también hay unos cuantos supervivientes que resisten como pueden.

Aunque me ha gustado, tengo que reconocer que algunas partes son un poco repetitivas. El autor nos describe diversas reacciones a un mismo hecho y puede llegar a cansar un poco. No se nos explican los motivos de la infección, pero tampoco hace falta. Todo queda bastante cerrado y conocemos el futuro de varios supervivientes, pero no de todos.

El libro es adictivo y no te da tregua. Tienes que seguir leyendo y saber que más va a ocurrir y a quien se van a comer. El autor no nos ahorra demasiados detalles de los ataques, pero se puede leer bien. Algunas cosas las resuelve demasiado rápido, y en otra ocasiones insiste mucho en lo mismo, pero el libro aprueba sin problemas, y yo lo he disfrutado mucho.

Me lo he pasado muy bien con la lectura y con los debates de la lectura conjunta. Estoy leyendo una trilogía del mismo autor que está genial, y para mí tiene más calidad pese a haberse publicado antes que este su primera entrega. Os animo a darle una oportunidad al autor si las infecciones zombis son lo vuestro.