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Una historia muy bonita y dulce. Como en las anteriores novelas que he leído de Beatriz, esta también es narrada con sumo cuidado y delicadeza. Creo que este es un rasgo muy característico de su escritura, el mimo que pone a los detalles sin caer en el exceso de descripición. Me sorprendió muchísimo el giro que da la novela en un momento dado, no me lo esperaba para nada. Es un punto de inflexión muy importante en la historia y que sin duda determina la vida de Román y Astrid para siempre, sobre todo la de ella. Las escenas de amor me han cautivado, muy sensuales y pasionales, y también hubo momentos en los que tuve que reirme con ciertos puntos y comentarios tan graciosos de Román. Esos toques de humor me encantaron. Es cierto que en algunas ocasiones los dos se pasan de cabezotas y orgullosos, ya que se ven envueltos en las maldades y mentiras que otros idean para separarlos y hacer tambalear su amor. A mí, desde luego me han gustado mucho esos tiras y aflojas y sus discusiones también. Brilla el trabajo exhaustivo de documentación que nos refleja con detalle la sociedad y costumbres de la época. Como siempre, es una delicia leer a esta autora. |
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