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Crítica de MisLecturas


MisLecturas
25 July 2020
Un primer vistazo de la portada de "Vientos de traición" me llevó a pensar que se trataba de un libro landscape que situaría su trama en tierras exóticas, pero me confundió que la palabra "asesinato" apareciese en su sinopsis y esta intriga me atrajo como la miel a las abejas. Hoy os traigo mis impresiones sobre una novela de suspense psicológico ambientada en la ciudad marroquí de Tánger, a mediados del siglo XX y que ahonda, grosso modo, en la complejidad de la amistad femenina. Una amistad entre dos jóvenes, de personalidades heterogéneas, magnificada por la soledad que las envuelve. Una novela que, en conjunto, no ha resultado ser lo que yo esperaba.



"Vientos de traición" comienza con un intrigante prólogo que incita al lector a adentrarse en una historia que se prevé turbia. La acción nos sitúa en la ciudad de Tánger en 1956, en un momento de tensiones y revueltas en todo Marruecos provocados por su inminente independencia de Francia. Ha transcurrido un año desde que Alice Shipley y Lucy Mason se vieron por última vez. Se conocieron el primer día de curso cuando, con diecisiete años, coincidieron como compañeras de habitación en una residencia universitaria de Vermont. Durante cuatro años fueron amigas inseparables, compartiendo confidencias, secretos y afinidades, pero ocurrió algo terrible que empañó su relación. Este hecho las separó y desde entonces no han vuelto a verse ni a saber nada la una de la otra. Alice, tras un efímero noviazgo, se casó y se trasladó a Tánger con su esposo. Hasta su puerta llega Lucy, después de haber atravesado medio mundo, dispuesta a arreglar las cosas y volver a retomar esa amistad tan especial que las unió en el pasado. Porque entre ellas existió una simbiosis real, tangible.



En esta novela nos vamos a encontrar con dos narradoras protagonistas: Lucy y Alice, quienes alternarán el relato entre el pasado y el presente para desvelarnos todos los sucesos acaecidos desde el mismo día en que se conocieron y nos mostrarán su visión personal de una bulliciosa y conflictiva Tánger. Esto es todo un acierto por parte de la autora para poder colarnos en la mente de dos chicas muy diferentes, aunque podemos perdernos ciertos matices de la historia porque la visión se nos presenta sesgada. Tenemos en Alice a una huérfana heredera británica que está bajo la tutela de su tía, quien controla su fondo fiduciario hasta que cumpla la mayoría de edad. Es una flor frágil e inocente, marcada por una tragedia pasada, que se marchita visiblemente bajo el ardiente sol del norte de África. Una tímida mujer llena de inseguridades e introvertida que no ha logrado adaptarse a la vida opresiva en Marruecos, demasiado desconfiada para aventurarse por las estrechas y caóticas calles de la medina. Y luego está Lucy, una joven independiente, valiente y ambiciosa de clase media que puede acceder a estudiar una carrera gracias a una beca. Christine Mangan ha logrado crear a dos personajes con personalidades muy marcadas y vidas dispares, con sus luces y sus sombras, dibujadas con amplios trazos, pero los tonos narrativos de estas dos protagonistas son demasiado similares, sin apenas matices, y eso me confundió en momentos puntuales, creyendo que pudiera tratarse de una sola persona. Desconozco si ese era el objetivo de la autora o no. Y poco más se puede decir del resto de personajes secundarios, que quedarán eclipsados por sus dos protagonistas y están perfilados sin muchas pretensiones, siendo un mero atrezzo.



Aparte de la objeción comentada anteriormente, hay una serie de detalles que me influyeron negativamente en la lectura, ya que alguno de ellos es especialmente relevante en el desenlace final de la trama: hay un error en las fechas (basta sumar los años que tienen sus personajes cuando se conocieron y los transcurridos hasta el presente para ver que no cuadran); se quedan una serie de preguntas en el tintero, sin resolución; por otro lado, los escasos giros argumentales se ven venir antes de que ocurran y la trama es de ritmo sosegado y predecible.



Lo más destacable en esta novela es la evocadora ambientación de los exóticos escenarios donde transcurre la trama. La autora consigue trasladar al lector hasta un Tánger que está sufriendo una serie de cambios, transfigurándose para sobrevivir, mostrando la dualidad del entorno. Lo hace partícipe de esa cálida luz que parece tamizarse con filtros de desiguales tonalidades de sus ardientes atardeceres, mientras percibe los reconfortantes aromas a canela, clavo o cardamomo o degusta un té moruno de menta muy caliente en vasos de fino cristal. Una ciudad, por otro lado, abrumadora y caótica, asediada por un clima sofocante, vívido, con el agravante desagradable del zumbido de sus moscas y el bullicio de sus intrincadas y polvorientas calles. La novela está escrita con un lenguaje sencillo, muy visual y cinematográfico, por eso no me extraña que el libro sea llevado a la gran pantalla por George Clooney, que ha comprado los derechos.



Sintetizando: "Vientos de traición" es una novela de suspense psicológico de ágil lectura en la que la tensión apenas es perceptible y se difumina porque su trama es muy predecible. En ella se nos irá revelando cómo se fraguó una amistad disfuncional que atrapó a dos mujeres y que tiene como telón de fondo la exótica y colorida ciudad de Tánger en los años cincuenta, en un momento de tensiones y revueltas porque el país está a punto de independizarse del yugo francés. A pesar de no haberla disfrutado tanto como esperaba, quizás por cuestión de expectativas, se aprecia el talento narrativo de esta autora en su debut literario, por eso os aconsejo que no descartéis su lectura ya que a lo mejor a vosotros si os sorprende.
Enlace: https://www.mislecturas.es/2..
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