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La novela parte con dos premisas que presagian una buena lectura: un escritor con experiencia y un hecho histórico notable, casi mítico. Pero el chasco es enorme. Aburrida, deslavazada, sin rumbo. Las páginas van pasando de forma lentísima sin conseguir atraparte en ningún momento. Anécdotas sin importancia contadas de forma desligada y sin ningún interés ni trascendencia en hechos futuros. Se llega a la famosa batalla sin un “crescendo” que te haga desear pasar hojas y hojas para llegar a ella. Y a partir de ahí, el caos. Una serie de escaramuzas sin orden ni concierto que nos llevan a un final con menos chispa que una bujía de madera. ¿Por qué Manfredi no explota el filón de la vuelta a los orígenes de Arminio? ¡Si es lo más interesante de la novela! Es, creo, vital que el escritor nos meta dentro de la mente de Arminio para poder comprender su evolución psicológica y empatizar con él. Me esperaba encontrar algo emocionante, vibrante, una novela de esas que no puedes soltar. Algo como el "Africanus" de Posteguillo...y me he encontrado algo mucho peor que "Yo, Julia" y mira que... Un auténtico chasco. |
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