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Está compuesto por capítulos cortos, lo que combinado con la pluma de la autora, contribuye a que sea una lectura ligera y amena, las páginas vuelan sin que nos demos cuenta. Engancha desde el primer momento, la historia es completamente adictiva. Una vez que se empieza a leer, es difícil parar. Casi todo el tiempo vamos siguiendo la investigación desde el punto de vista del FBI y la agente Nina Guerrera, pero hay momentos puntuales en los que se nos muestra lo que está haciendo Enigma, aumentando así la tensión que siente el lector y la sensación de urgencia y de ir a contrarreloj. Cuando parece que todo está inventado en el mundo de los thriller, siempre aparece una historia que demuestra que siempre queda espacio para nuevos horrores. Para mí, ese ha sido el caso con esta novela. Como punto de reflexión, el libro nos da que pensar cómo, en un mundo tan globalizado, tan conectado y tan pendiente de las redes sociales, el horror genera visitas, seguidores y likes. Y como el ser humano siente fascinación por las cosas que más le horrorizan. |
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