El aspecto que más me gusta destacar cuando leo una novela histórica es la posibilidad que nos brinda el género de la novela histórica a los lectores de aprender hechos históricos que, a lo mejor, han podido caer en el olvido y aprender de los personajes más importantes que ha dado la historia de la humanidad. Sabemos que, desgraciadamente, en la historia se han tratado a las mujeres como personas de segunda o tercera categoría habiendo tenido grandes mujeres que han destacado a lo largo de la historia, mujeres de la talla de Teodora, la emperatriz del imperio bizantino. Desconocía totalmente a Teodora, solamente me sonaba Justiniano y es por lo que decía antes sobre que la historia se ha mostrado en diversos aspectos muy cruel con la mujer, y gracias a Jesús Maeso de la Torre he podido aprender de esta gran mujer y conocerla. Teodora supo sobreponerse a sus diversos problemas y dificultades con las que se encontró a lo largo de su vida, y llegó a lo más alto: al trono del imperio bizantino tal y como he mencionado antes. El camino no fue para nada fácil como os podéis imaginar. Tuvo que pasar por momentos de acoso, abusos, injusticias, e incluso, una vez instalada en lo más alto, también tuvo que pasar junto con Justiniano grandes momentos de dificultad como traiciones de gente cercana a su persona. Lo que más me gusta de Teodora es que fue una mujer a la que no le tembló el pulso a la hora de cambiar el proceder de impartir justicia dentro del imperio bizantino. Gracias a Teodora, se produjeron muchísimos cambios como el lector podrá ver cuando lea "Teodora, la Crisálida de Bizancio", una novela para aprender de la historia, una novela para amar más y más al género de la novela histórica y, en definitiva, una novela que debería ser de lectura obligatoria. |