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Megan Madison es educadora, académica y activista. Se convirtió en maestra en un aula de preescolar, pero trabaja a tiempo parcial facilitando talleres para maestros y familias sobre raza, género y sexualidad. Jessica Ralli es educadora y escritora. Actualmente es coordinadora de programas de alfabetización temprana en la Biblioteca Pública de Brooklyn donde desarrolla y gestiona iniciativas creativas para la primera infancia. En 2020, ganó un premio por su trabajo de promoción en las bibliotecas. Ambas, involucradas en el ámbito educativo y de la divulgación para la mejora de la sociedad, han colaborado activamente para dar vida a un libro que no solo trata de transmitir el respeto por el cuerpo y el derecho a poner límites, sino que también integra de forma implícita la diversidad física y cultural al representar a las personas con pluralidad étnica y capacidades entre sus personajes. "Sí es sí, no es no, y siempre lo decido yo" es un álbum de no ficción que trata de transmitir la importancia de decidir cuándo, cómo y dónde podemos usar nuestro cuerpo de una forma cómoda y segura. El formato de la edición es accesible y amplio, el texto está formado por letra grande y frases muy concisas y directas. Las autoras apelan directamente al lector realizándole una serie de cuestiones que ellos mismos podrán responder, al mismo tiempo que autoanaliza, reflexiona y verbaliza sus propias ideas al respecto. Las autoras buscan transmitir la idea de que los niños deben hacer las cosas que le hagan sentir bien y la aceptación de acciones que no les gustan, pero que llevadas a cabo por miembros de su familia van dirigidas por un bien; como puede ser bañarse o comer saludable. También intentar inculcar la idea base del consentimiento, el normalizar las preguntas como forma de respeto hacia los demás y hacia uno mismo, la conformidad ante las respuestas, el derecho a poner límites y cómo reaccionar ante una negativa. Así mismo, ofrece ejemplos para pedir distancia o reconocer cuando una persona no desea participar en la solicitud, tanto a nivel oral con expresiones comunes, como no verbal, a través de la lectura corporal o gestos faciales. Por último, invita a aceptar y validar un cambio de opinión o a ser capaces de reconocer el consentimiento y la toma de decisiones de una forma libre, haciéndonos sentir más cómodos. Todo ello permite al pequeño lector ir familiarizándose con conceptos básicos y expresiones sencillas. Dichos conceptos se relacionan principalmente con la autonomía corporal, vocabulario del cuerpo, la alegría del placer, el poder del adulto, los gustos diferentes, el consentimiento, los límites, los sentimientos y la empatía. Las ilustraciones que acompañan al texto creación de Isabel Roxas, autora e ilustradora, realizadas en tonos pastel, son llamativas, amables y sencillas. Los personajes tienen voz propia y escenifican cada una de las premisas que se van trabajando, así como ejemplos de las mismas. Al finalizar el libro aparecen una serie de explicaciones sobre estos conceptos dirigidas hacia los adultos. En ellos, se explica la finalidad con la que aparecen en el libro, una breve síntesis sobre lo que significan y herramientas para poder emplear en el acompañamiento de la absorción de estas conductas, de tal forma que se vea como algo normalizado y se proyecte en el día a día. Los niños y niñas deben empezar a aprender sobre su cuerpo, la relación que tienen con él y las emociones que les causa ciertas acciones, para ello necesitan de las personas que los cuidan y expresan el amor mediante el contacto físico, pues estas experiencias tempranas pueden influir en cómo entenderán la intimidad y el cariño cuando sean mayores. Es fundamental enseñarles a pedir permiso y escuchar la respuesta antes de actuar, ejemplificar y practicar el consentimiento en pequeñas decisiones del día. Este libro ofrece la oportunidad para empezar una conversación con los más pequeños de casa sobre todos estos temas. Es por ello que lo considero un libro muy necesario a día de hoy dirigido por dos formadoras y especialistas en la materia que ayudarán a establecer una conversación y tratar sobre ciertos puntos que, a veces, a los adultos nos resultan complicados de abordar. |
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