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Novela de personajes memorables y climas narrativos hipnóticos. Una especie de grupo protohipster aloja historias desopilantes en una zona retirada de Francia. Hay un morfinómano, una mula que se llama Mireya, unos obreros que se comportan como lobos, un fantasma intermitente y una mujer fatal, madame Mollinov, atractiva y peligrosa. Esta novela de Maclaren-Ross es clásica y experimental a la vez. Su forma es tradicional, la historia comienza con un viaje, sigue con los eventos que ocurren al llegar y termina con un cierre justo a tiempo que sube la tensión hasta la resolverla. Es lineal. A la vez, los sucesos son extraños, anti-lineales. Dan ganas de estar ahí. Los ritmos narrativos están modulados con elegancia, pero sin efectismos. Es una lectura muy agradable.
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