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Para personas que aman las montañas y su claridad hablar acerca de la oscuridad que reina en el subsuelo podría ser algo complicado, para personas que son claustrofóbicas peor todavía; yo amo las montañas y soy un poco claustrofóbica, así que leer este libro fue un reto para mí; y como no va a serlo si Rob se mete a las profundidades del cauce del río Tivano, a lo mas profundo de una mina de sal que no solo está bajo tierra sino también está bajo el lecho marino (esto me da más miedo), pasando por cuevas hechas por el hombre y cuevas naturales, catacumbas, fabricas abandonadas y redes invisibles de hongos y raíces; en conclusión un viaje por todo aquello que esta bajo nuestros pies y que solemos pasar por alto. Rob habría podido narrar solo sus aventuras y haber vendido un buen libro de viajes, sin embargo el además hace un viaje introspectivo, no solo va por dentro de la tierra, sino por dentro del alma, hay partes que me han hecho llorar, y hay partes con las que he reído, me he cuestionado mas cosas con este libro que con muchos de los que he leído este año, he flotado en lagos subterráneos, y he caído por precipicios helados, en suma Rob me ha cautivado, ya desde la primera página sabía que este libro iba a calar muy dentro de mí, con el no solo he enfrentado mi miedo a la inmensidad de la tierra y a los espacios reducidos, sino que he aprendido, reflexionado, y vivido. En suma, un libro totalmente recomendable, no solo por la forma de escribir de McFarlane, sino también porque de su mano descubrimos lugares recónditos de la tierra, y del alma. P.D: Después de este libro me di cuenta de que el miedo a las profundidades va más allá de las cuevas subterráneas, ahora he descubierto que los huecos en los glaciares podrían ser peores, gracias Rob!! |
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