Tras el sorprendente o no tanto, final del segundo libro de la saga Trono de Cristal, Celaena Sardothien viaja hacia un nuevo continente donde la magia si que existe. Hundida y enfadada con todos pero sobre todo consigo misma, pasa sus días vagabundeando por la capital, hasta que un misterioso ser la encuentra y la lleva ante la Diosa Maeve (pariente suyo, de alguna forma). Hacen un trato, ella contestará las preguntas que Celaena tiene sobre las llaves, si le muestra de lo que es capaz con su magia. De esta forma tenemos de nuevo a nuestra asesina entrenando pero,,esta vez, para poder controlar su magia. Y su maestro es Rowan, un príncipe Guerrero de las hadas. Me gusta mucho su relación, porque se llevan fatal y se pelean todo el rato, pero es lo que ella necesita de alguna forma para salir de ese agujero en el que ha caído. Este libro me ha gustado más que el anterior. La narración se divide en tres tramas: lo que ocurre en la capital, lo que ocurre en el Paso de Ferian y lo que vive nuestra Asesina. Tengo que reconocer que estaba esperando con ansias los capítulos donde aparecían Celaena y Rowan. En este libro encontraréis mucha más magia y acción. |