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En un principio no quería leerlo, el título y la portada me daban vibras de un "boy's love" dramático. No iba mal encaminada, aunque el motivo era totalmente diferente a lo que creía. ¿Qué haces cuando tu mejor amigo ya no es él? ¿seguirías a su lado aunque haya cambiado drásticamente? Su aspecto es el mismo, pero no su personalidad ni su esencia. Yoshiki se plantea estas preguntas a lo largo del tomo. Su mejor amigo, Hikaru, ya no es quien creía conocer y esto le genera un debate consigo mismo que lo consume. Lo que más me flipa es el dibujo. Tiene un estilo tan redondo y adorable que te hace pensar que estas leyendo un BL bonito. Sin embargo, hay escenas que te cortan esta sensación de raíz. Hay detalles y expresiones en los personajes que te hacen cambiar de parecer. Puedes estar leyendo la vuelta a casa tras un día de instituto, que poco después aparece un personaje que te recuerda que debes estar alerta. Todo lo bonito esconde algo tenebroso. Esta historia la describiría como un manga escolar, paranormal y que deja entrever el boy's love. No estoy acostumbrada a leer este tipo de obras, pero reconozco que me ha gustado más de lo esperado. Me ha generado el interés suficiente para querer comprar el segundo y, de ahí, decidir si continuarla. Intuyo porque derroteros puede tirar la historia, pero voy a dejar que me sorprenda con un tomo más. Lo recomiendo principalmente por el dibujo y por el contraste tan drástico entre ese estilo tan adorable y que la historia que esconde sus propios secretos. A pesar de que se genere esta brecha, está muy bien desarrollado e hilado. Para los amantes del BL que quiere cambiar un poco e intentar leer algo paranormal, está muy bien. De momento no es muy explicito, ni gore. Tampoco se ven escenas subidas de tono entre los personajes. En este tomo, lo que se desarrolla es el gran debate interno que tiene Yoshiki al volver a ver a Hikaru tras su desaparición. |
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