𝘚𝘩𝘫𝘰𝘭, título de esta novela, es una palabra hebrea que se puede traducir por “viudo de hijo” y se refiere a la muerte de un hijo. Increíblemente, no hay ningún otro idioma que tenga una palabra para esta situación. En esta novela conoceremos a una familia que ha perdido a su hija y luego irán saliendo alguna más. La ambientación es en un pequeño pueblo de Estados Unidos muy de serie americana. Los capítulos muy cortos van alternando la voz de los diferentes personajes de la historia. Por un lado conocemos a Jim, un chico que no ha tenido la mejor infancia y que ahora de adulto, decide secuestrar el cuerpo de una chica muerta del cementerio en el que fue enterrada.Y por otro conoceremos a Tom Harris y a su equipo que investigarán el caso. En algunos momentos también tendremos la versión de Stacy, una chica que acabará en manos de Jim. Dos años después del inicio de la trama, aparece el cadáver desaparecido y eso desconcierta más a la policía. ¿Quién puede hacer algo así? ¿Por qué devuelve el cuerpo y que ha hecho con él todos estos años? Esas preguntas se irán resolviendo pero hasta el final no sabremos la verdad de toda la historia. Y agarraos porque las últimas páginas te dejan ojiplática. Toda la historia está muy bien documentada y especialmente todo lo que envuelve a los personajes y su personalidad. Se habla de necrofilia, del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), e incluso hay tiempo para el amor. Es una novela que se lee muy rápido y que no pierde el ritmo ágil en ningún momento. Espero poder leer pronto la segunda parte, 𝘈𝘷𝘦𝘭𝘶𝘵. |