Primeras escritoras en lengua castellana, Las

Las primeras escritoras en lengua castellana son –y no son solo– Leonor López de Córdoba, sor Constanza de Castilla, Teresa de Cartagena, sor Juana de la Cruz, sor María de Santo Domingo, Florencia Pinar y doña Mayor Arias. Estas mujeres, vinculadas a las altas capas sociales y a los espacios religiosos, destacaron entre los siglos XIV y XVI porque “ofrecen el discurso de un sector de la sociedad que estaba destinado al silencio y a la asimilación pasiva de los valores patriarcales”.
Leonor López de Córdoba y Carrillo (1363-1430) llegó a ser camarera mayor de la reina Catalina de Lancaster y de ella se conservan copias de unas memorias, que están incompletas y que son una de las primeras autobiografías por cuanto López de Córdoba expone de manera escueta sus vivencias y nos ofrece su propia versión de los hechos, que tienden a restaurar el honor de su familia, mancillado por diferentes traiciones palaciegas. Sor Constanza de Castilla fue prima de la reina Catalina de Lancaster y autora del Libro de devociones y oficios, una compilación de ruegos y oraciones a modo de guía para discípulos o familiares con el tema de la Pasión de Cristo como motivo central, rememorándola la priora dominica de forma dramática merced a un estilo emotivo y afectivo.

La religiosa Teresa de Cartagena escribió los tratados Arboleda de los enfermos y Admiraçion operum Dey y fue la primera escritora mística en lengua castellana. En este último, defiende la igualdad espiritual entre hombres y mujeres y emplea una amplia imaginería y numerosas analogías y personificaciones. Sor Juana de la Cruz (Juana Vázquez Gutiérrez, 1481-1534), conocida como La Santa Juana, es autora del Libro de Conorte o Luz y Norte (recopilación de sermones), así como de la primera parte de la Vida y fin de la bienaventurada virgen Sancta Juana de la Cruz y del Libro de la casa y monasterio de Nuestra Señora de la Cruz, ambos de lenguaje expresivo y valorativo. Sor Juana fue elogiada por Lope de Vega y Tirso de Molina. de sor María de Santo Domingo o la Beata de Piedrahita se ha conservado el Libro de la oración y contemplación de la muy devota religiosa y gran sierva de Dios sóror María de Santo Domingo, una antología doctrinal con muchos discursos visionarios escrita entre 1512 y 1518, en la que se nota el influjo de la homilética con el fin de transmitir su vivencia osada y valiente. El primer nombre de mujer como poeta que hallamos en los cancioneros es el de doña Mayor Arias, dama que escribió en 1403 una cantiga dirigida a su esposa, intitulada A la partida de su marido Ruy González de Clavijo. La de Florencia Pinar es la primera voz lírica personal que encontramos en los cancioneros, como se puede apreciar en las siete composiciones poéticas de corte amoroso que se le atribuyen, tres de las cuales están recogidas en el Cancionero General de Hernando del Castillo. Por lo tanto, estamos ante un libro interesante que no solo analiza los textos de las escritoras, sino que los ofrece al lector para su conocimiento y difusión.