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Estos son algunos motivos por los que no puedo recomendar este libro: Nada más empezar el primer capítulo aborda el tema del feminismo con frases como “Durante demasiado tiempo se ha utilizado como guante de boxeo para abofetear a los hombres” o que la mayoría de persoas prefieren relacionarlo con un tipo de mujer “radical y combativa” mientras que lo único que busca es la igualdad. Comprenderéis que solo con esto ya me dieran ganas de cerrar el libro para siempre. Continuando su lectura habla de la solidaridad de Dior al crear las camisetas de We should all be feminist (costaban 500€), en este punto ya no solo quería cerrar el libro, sino ponerle un candado. Por otra parte las referencias que utilizaba en este capítulo eran Beyonce, Madonna, Monica Bellucci, Taylor Swift… Eso sí, también habla de Chimamanda pero exponiendo que “fue el detonante para que se iniciara una conversación mundial sobre el feminismo”, creo que se ha perdido unos cuantos siglos y teorías de historia feminista… Total, que la pretensión de feminismo liberal de este libro envía mensajes erróneos y estereotipos, lo que denota su falta de formación y referencias sobre el tema. Seguimos y expone que todo en Frida fue insólito: “ser bella y retratarse fea” “perder la virginidad en un accidente de tráfico con el pasamanos de un tranvía”, creo que no voy a hacer comentarios sobre el concepto rancio de virginidad y su frase. La utilización de un lenguaje con propio del S. XVI también me irritó bastante, con conceptos terribles como “inválida” (refiriéndose a la discapacidad de Frida) o la frase “Lady Gaga, como Frida, se ha convertido en un icono y en un modelo a seguir para los inadaptados y desvalidos”. Para mí el lenguaje es muy importante y si en un ensayo (además publicado este año) me encuentro estos conceptos ya le hago una cruz. No voy a entrar a comentar la exaltación que hace de la feminidad, ni me centraré en el momento en el que habla de diseñadores occidentales como Moschino que, según expone, se inspiraron en costumbres y ropas indígenas (en mi cabeza resonaba la realidad de la apropiación cultural). Frida era marxista, antiimperialista y por supuesto, radical y combativa.
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