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La esclava Nydia ama, sin esperanzas, al ateniense Glauco, que está enamorado de la napolitana Ione, quien también es pretendida por su tutor, el egipcio Abraces, el malo de la historia. Nydia es una esclava ciega, que fue vendida siendo niña. El trato duro que recibe es un fiel reflejo de la sociedad romana en la que los esclavos no contaban con ningún derecho. Esa historia de amor es la excusa para que la novela cuente cómo era la vida en Pompeya y lo que pudo ocurrir antes de su destrucción. El autor nos describe Pompeya, utilizando la historia de amor y sus personajes; describe el ambiente de sus calles, las casas romanas, la comida, los templos y las termas, los usos y costumbres, en largas descripciones que, a veces, son excesivas. También aparecen las diferentes culturas que convivían en la ciudad, además de la sociedad romana, aparece la griega, representada por Glauco, la egipcia, por su rival Abraces. Incluso aparecen los primeros cristianos. El paso del tiempo no ha tratado bien al texto, aunque sigue siendo bueno para conocer el mundo antiguo, eso sí, tal como lo veían en el siglo XIX. |
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