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Catherine de Beauprè no parece destacar por su inteligencia pero si por su belleza, lo que no ha pasado desapercibido a Luis XV que ya la cuenta entre sus favoritas. Por ello no es de extrañar el tinglado considerable que debe montar para reunirse con ella en el chateau des Ormes, cerca de Poitiers, propiedad de los condes de Argenson, parientes de la joven. Sin embargo, Madame de Pompadour no va a resignarse a pasar a segundo plano en el corazón (en realidad lo de menos eran los sentimientos del rey, lo realmente importante era tener influencia) del monarca y se las ingenia para urdir una trama realmente rocambolesca. No va a ser la única. El duque de Choiseul enfurecido por la altanería de la cortesana que le ningunea al no ser admitido como miembro del Consejo de Estado, aprovecha que su sobrino (el marido de la nueva amante del rey) está loco de celos, además de muy ofendido por recibir la notificación de su envío a la frontera de Flandes (un modo un tanto sutil de deshacerse del marido) mientras su mujer es nombrada nueva dama de compañía de las princesas, para idear un plan con el que dejar en ridículo a la cortesana y en evidencia al rey. Sobre el papel todos cuentan con los recursos necesarios para que cualquiera de esas cosas logren llevarse a cabo. de las artimañas de la Pompadour no sabremos nada hasta el final. de Choiseul descubrimos que va a introducir en el chateau un espía: el nuevo cocinero tendrá que interceptar las cartas que reciban o se envíen con el objetivo de hacerlas públicas. Desconozco si la autora ha querido hacer un homenaje a Las amistades peligrosas, novela de Pierre Choderlos de Laclos publicada en 1782, que se convirtió en un escándalo cuando vio la luz y fue alabada, pasado el tiempo, hasta por Malraux. Descubro semejanzas entre algunos de sus personajes que me hacen recordar las ingeniosas conversaciones entre la marquesa de Merteuil y el vizconde de Valmont. Seducción, humor, intriga, sarcasmo, crítica, moralidad, podemos encontrar un poco de cada en esta entretenida comedia de enredo que te sabe a poco cuando termina. Una buena señal. |
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