La puerta

Voy a empezar la reseña de "La puerta" comentando que me esperaba algo más: un ritmo, quizás, más atrayente, más impactante porque, desde mi punto de vista, el ritmo con el que empieza la novela es demasiado lento que puede resultar un tanto aburrido pero por suerte, esta sensación de la que os hablo desapareció enseguida.

"La puerta" es un viaje a una Galicia muy diferente a la Galicia que todo el mundo conoce. El autor, Manel Loureiro, nos lleva de la mano a darnos un paseo por aquella Galicia verdosa y mágica en la que el poder de las famosas "brujas" o las "meigas" están en su mayor esplendor. Este aspecto es el que más me ha gustado porque he podido conocer, de primera mano, parte de las tradiciones que hay en Galicia. Conocer tradiciones de cualquier lugar es, sin duda, lo que más me gusta cuando leo novelas que están ambientadas en otros lugares a los que no suelo ir por los motivos que sean.

Entrando un poco más en materia, el autor nos da a conocer a Raquel Colina, una mujer que anda buscando lo mejor para su hijo enfermo con una enfermedad muy puñetera, que deja Madrid y va a parar a Galicia buscando a una "curandera" o "menciñeira" capaz de sanar a su hijo. Este camino que emprenden madre e hijo no es para nada un camino fácil. Raquel se verá muy pronto sumergida en un caso de asesinato que tiene lugar en la montaña. La investigación le llevará por situaciones un tanto terribles y hará que Raquel, junto a su compañero del puesto de la Guardia Civil de la zona, se exprima como un limón para capturar al asesino.

En definitiva, "La puerta" es una novela negra/policíaca muy diferente a las que suelo leer por diversos motivos: el ritmo pausado en vez del ritmo agitado que tiene la mayoría de estas novelas, el trasfondo "místico" con el que cuenta la historia, etc.