El faro de los amores dormidos

𝑪𝒐𝒎𝒐 𝒐𝒑𝒊𝒏𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒉𝒂𝒚 𝒎𝒖𝒄𝒉𝒂𝒔, 𝒗𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒂𝒓 𝒍𝒂 𝒎í𝒂

𝑽𝒂𝒓𝒆𝒍𝒂 𝒅𝒆𝒍 𝑴𝒂𝒓, 𝒖𝒏 𝒇𝒂𝒓𝒐 𝒂𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐𝒏𝒂𝒅𝒐, 𝑨𝒍𝒃𝒂 𝒚 𝑷𝒆𝒍𝒂𝒚𝒐, 𝑬𝒏𝒐𝒍 𝒚 𝒆𝒍 𝒎𝒂𝒓. Estos son los protagonistas de esta tierna novela que me conquistó por su preciosa cubierta. Mis faros y yo, esos impertérritos luceros que se iluminan cuando todo lo demás descansa en la oscuridad. Ellos son guardianes incansables que guían a los perdidos en el mar. El simbolismo que representa el faro es de los más hermosos que haya conocido. Por eso siento esa atracción hacía ellos. En el blog podéis encontrar una sección exclusiva de novelas en cuyas cubiertas aparecen un faro por eso cuando vi la novela de Andrea Longarela sentí que debía leerla y añadirla a esa bonita sección que tengo algo descuidada. Ahora os cuento de qué va esta novela y lo que sentí con ella.

Comienzo haciendo hincapié en la ambientación. 𝑼𝒏 𝒑𝒖𝒆𝒃𝒍𝒐 𝒓𝒐𝒅𝒆𝒂𝒅𝒐 𝒅𝒆 𝒎𝒂𝒓 𝒉𝒂𝒍𝒍𝒂𝒅𝒐 𝒆𝒏 𝒖𝒏 𝒓𝒊𝒏𝒄ó𝒏 𝒐𝒍𝒗𝒊𝒅𝒂𝒅𝒐 𝒚 𝒆𝒍 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒅𝒆 𝒍𝒐𝒔 𝒆𝒔𝒄𝒆𝒏𝒂𝒓𝒊𝒐𝒔 𝒑𝒐𝒔𝒊𝒃𝒍𝒆𝒔, 𝒖𝒏 𝒇𝒂𝒓𝒐. Alba vuelve a Varela del Mar, un pequeño pueblo donde pasaba los veranos de su infancia. Un pueblo donde aún vive su abuelo Pelayo que sufre de demencia y al que regresa para echarle una mano. Ella anda perdida, sin rumbo y regresar al pueblo de sus abuelos, donde aprendió a ser como es, y supone un choque no solo para ella sino también para Enol, uno de los amigos con los que pasó esos inolvidables veranos.

𝑭𝒓𝒆𝒔𝒄𝒂, 𝒄𝒂𝒍𝒎𝒂𝒅𝒂, 𝒔𝒆𝒏𝒄𝒊𝒍𝒍𝒂. Escrita con una prosa tierna y emotiva, la narración salta de un personaje a otro. Se trata de una novela romántica destinada a un público juvenil pero que puede ser leída por todo tipo de lectores. Un singular argumento y enfoque que no dejará a nadie indiferente sobre todo por su inesperado final. Destaca un narrador poco habitual que me encantó, por su visión particular de los hechos y por ser protagonista incuestionable de la historia.

Tierna, sentimental y a flor de piel. 𝑳𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒋𝒆𝒔 𝒔𝒐𝒏 𝒄𝒐𝒎𝒐 𝒖𝒏 𝒎𝒐𝒏𝒕ó𝒏 𝒅𝒆 𝒇𝒓á𝒈𝒊𝒍𝒆𝒔 𝒇𝒂𝒓𝒐𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒊𝒅𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝒖𝒏 𝒐𝒄é𝒂𝒏𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒊𝒏𝒊𝒆𝒃𝒍𝒂𝒔. Son personajes con una profundidad abisal, con capas y capas de espesa espuma que se encuentran perdidos, a la deriva de sus vidas. Pelayo, es un retirado farero que comienza a olvidar su vida. Alba de vuelta a Varela del Mar para cuidar de su abuelo se tiene que enfrentar al pasado, a los recuerdos. Enol, sigue ocupado en temas marinos, en sus mareas y en sus libros. La enfermedad del abuelo es motivo de su reencuentro.

Es una novela de fácil lectura. 𝑼𝒏𝒂 𝒏𝒐𝒗𝒆𝒍𝒂 𝒅𝒆 𝒔𝒆𝒏𝒔𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔, 𝒊𝒏𝒕𝒊𝒎𝒊𝒔𝒕𝒂 𝒆 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒏𝒔𝒂 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒒𝒖𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒓𝒆𝒍𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒊𝒏𝒕𝒆𝒓𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒍𝒆𝒔 𝒄𝒐𝒃𝒓𝒂𝒏 𝒆𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍 𝒓𝒆𝒍𝒆𝒗𝒂𝒏𝒄𝒊𝒂. Es una historia de amores, de principios y de finales y de nuevas oportunidades. El crecimiento de los personajes, el descubrimiento de los secretos que guarda el mar y su infatigable guardián, el faro. Para mí ha sido un gran descubrimiento, una novela que leí dejando que calara dentro de mí. Ahora te toca a ti.

𝑰𝒎𝒑𝒓𝒆𝒔𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔: Yo también necesito mi casa, mi faro, mi mar. Mi pasión por los faros y por el trabajo del farero me ha llevado a leer esta novela y a descubrir a Andrea Longarela. 𝑻𝒐𝒅𝒂 𝒉𝒊𝒔𝒕𝒐𝒓𝒊𝒂 𝒕𝒊𝒆𝒏𝒆 𝒗𝒂𝒓𝒊𝒂𝒔 𝒄𝒂𝒓𝒂𝒔, 𝒂𝒍𝒈𝒖𝒏𝒂𝒔 𝒄𝒐𝒏𝒐𝒄𝒊𝒅𝒂𝒔, 𝒐𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒏𝒐. Ese sería el mejor resumen que podría hacer de esta lectura.

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