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Creo que he perdido la cuenta de cuantas veces habré dicho que no me gusta el erotismo en los libros y si me lo mezclan en un thriller o novela negra aún menos, pero con este libro me ha pasado todo lo contrario y esas escenas subidas de tono le vienen perfectas a la trama; escenas de se&o bien subiditas, pero no penséis que son al estilo de las de Megan Maxwell y ese tipo de autoras porque no se parecen en nada. El autor ha sabido hacerlo con tal elegancia que, a lector@s como yo que no suelen leer libros así, les pueden resultar agradables y no todo lo contrario. En muchas escenas me he reído tanto que por momentos olvidaba que estaba leyendo un thriller, el salseo está más que servido y el grupo de personajes femeninos me han resultado de lo más divertidos y, sí, con alguna de ellas me he sentido identificada por su forma de ser y de expresarse. Los capítulos van intercalados entre el día a día del grupo de amigas (las chicas del licor de hierbas se hacen llamar) y los capítulos en los que sigue su curso la investigación para resolver un crimen. Esto lo hace mucho más ameno y no he perdido el hilo en ningún momento. Todo está muy bien hilado y no hay que perder detalle porque nos va dejando el autor una serie de pistas para ir formando el puzzle. |
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