El bueno de Oliver

La verdad es que ni el titulo ni su autora me sonaban de nada y nunca imaginé que esta novela, que fue elegida como mejor Novela Negra de 2014 en Irlanda, me iba a sorprender por su originalidad. Tras analizarla en frío, un tiempo después de haberla leído, me he dado cuenta de que El bueno de Oliver es una novela que invita a la reflexión.
El hombre perfecto. El monstruo perfecto.
Noviembre del 2011, Dublín. Oliver Ryan nos narra, en primera persona, cómo acaba de pegarle un puñetazo en la cara a su mujer Alice. Luego le dará una paliza que la dejará en coma. Solo necesitamos leer esta primera página para darnos cuenta de que estamos ante un sociópata de escándalo, un monstruo, un maltratador. Lo que el lector desconoce son los motivos que lo incitaron a agredir de tal modo a su esposa, aunque sean cuales sean no lo redimirán ni lo exculparán del delito que acaba de cometer.
Alice y Oliver se conocieron en 1982, en la presentación de un libro que ella había ilustrado. El agente de Oliver los presentó con la pretensión de que ella se encargase de las ilustraciones de un libro infantil que Oliver había escrito. de esta manera, los dibujos harían más vendible su obra. No es que fuera un amor a primera vista, pero se dio cuenta de que era una mujer sumisa, que se retiraría a un segundo plano, sin quejarse, para darle a él todo el protagonismo. No perdieron el tiempo y se casaron enseguida. Gracias a sus libros de relatos infantiles se convirtió en un escritor afamado y rico.
Oliver siempre ha sido muy reacio a hablar de su familia, se limita al ostracismo en cuanto alguien le plantea alguna pregunta sobre este tema. Su madre falleció cuando él era pequeño y pasó la mayor parte de su vida intentando impresionar a su padre, un hombre que renegó de él. Nunca lo quiso en su vida y lo recluyó en una institución religiosa que se encargó de su educación. Este internado estaba muy cerca de la casa de su padre, por lo que el pobre chiquillo observaba en la lejanía la vida de su progenitor y de su nueva esposa e hijo.
Ahora destaco lo realmente diferente y original que tiene esta novela: su estructura. La autora consigue adentrarnos, poco a poco, en la vida y en la mente de su protagonista principal a través de diferentes narradores que tuvieron alguna relación con él, ya fuera siendo niño o posteriormente. van a ser las voces de estos siete personajes los que impulsarán la historia. Aunque creo que menos voces quizás hubieran ayudado a centrar la trama un poco más. Todos estos narradores se irán alternando y contando sus experiencias en primera persona, incluido el propio Oliver.
El bueno de Oliver no contiene una trama lineal cronológicamente, si no que va y viene con constantes saltos en el tiempo. El libro se divide en 24 capítulos que está encabezados con el nombre del personaje que nos relata algo sobre su relación con Oliver, más un epílogo que nos sitúa en la actualidad y narrado en primera persona por el protagonista. Cada capítulo es sólo una pequeña pieza del rompecabezas que es Oliver. Está escrito con una prosa sencilla y cuidada, con un predominio de lo narrativo sobre los diálogos, de ahí que su lectura sea parsimoniosa y pueda hacerse pesada en ciertos momentos. La novela carece de tensión narrativa y no contiene apenas giros argumentales que te puedan dejar con la boca desencajada. Es como una cebolla a la que el lector va quitando capa tras capa para ir descubriendo, de manera gradual, la verdadera realidad de su personaje principal. Poco a poco la maraña para desentrañar la historia de Oliver consigue tomar forma a medida que el lector penetra en su mente, percibiendo los diferentes aspectos de su carácter y los acontecimientos de su vida que le llevaron a este acto. Asimilamos hechos de su trágica infancia, los años de su adolescencia y sus experiencias en la vida que serán los que le van dado forma al hombre, al monstruo que golpeaba a su esposa y la deja en coma. Llegaremos al descubrimiento sorprendente y apasionante de un sociópata, y de cómo se ve desde el punto de vista de los diferentes personajes secundarios .
El bueno de Oliver es una novela con pocos personajes. Por supuesto, el que mejor definido está es el de Oliver, sobre todo psicológicamente. Es una persona traumatizada, fría, prepotente y ególatra, un mentiroso compulsivo. El resto está vagamente perfilado y no he llegado a empatizar con ninguno de ellos. Hay algunos demasiado estereotipados como el de Moya y otros que me han resultado poco creíbles, como el de Alice, una mujer anulada por su esposo, que nunca tuvo voz en esta historia. El final es lo único que me ha sorprendido porque el monstruo lleva a cabo un acto que jamás hubiera imaginado ¿Pretende redimirse? Quién sabe lo que oculta la mente de este sociópata.
En resumen, El bueno de Oliver es un thriller psicológico de fácil lectura, ideal para leer en vacaciones porque se devora. Una novela caleidoscópica, con distintos narradores que obligan al lector a esforzarse para ir completando un puzle. Contiene un ritmo pausado y escasos giros argumentales de los que te puedan dejar descolocada. La estructura de su trama es lo más original, al menos para mí, que no había leído nada parecido. Es una novela que recomiendo si quieres leer una trama estructurada de manera singular y que invite a la reflexión.

Enlace: https://www.mislecturas.es/2..