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Es complicado reseñar un cuento porque el contenido no suele ser muy extenso. Creo que lo que más hay que valorar es la moraleja y la sensación que te deja al terminarlo. Bueno, pues la sensación con este cuento ha sido muy bonita, me ha llenado el corazoncito y, si duda, se lo recomendaría a cualquiera que hiciese talleres para niños. El cuento sigue la historia de Oso que, tras muchos años en la gran ciudad cumpliendo su sueño, se cansa de la monotonía y decide volver a su hogar, el bosque. Este libro forma parte de una trilogía, siendo el primero 'El Oso y el piano' y el segundo 'El oso, el piano, el perro y el violín'. Como buen cuento infantil, tampoco hace falta leer los anteriores, pues la historia es bastante sencilla y al principio hace una brevísima introducción. La historia en sí es simple, pero tiene un dibujo precioso que hace que el texto cobre vida al leerlo. Los colores son espectaculares y la vivacidad de los animales los transforma en personas. Visualmente es un acierto para los más pequeños, que suelen perder el interés en las cosas bastante rápido. El ritmo de la historia es ágil y con palabras fáciles que ayudan a comprender el entorno donde la historia se desarrolla. En cuanto a lo que narra, me pareció muy triste cómo se va viendo a Oso a través de los años y cómo, poco a poco, va perdiendo la ilusión que un día lo llevó a la ciudad a tocar el piano. Siento que el autor hace ver muy bien el sentimiento del personaje, sobre todo con los colores y los escenarios. Luego, el dibujo recobra su brillo cuando llega Osita a su vida y la llena de alegría. Y el final es fantástico, con esa explosión de color y diversidad. Se te queda una sensación agridulce, pero es un cuento bastante especial que, sin duda, le leeré a mis futuros sobrinos (si tengo). |
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