Una novela dura, negra de verdad. Es como una película de Guy Ritchie con la estética de Los Roper. La diferencia es que aquí no hay gánsteres graciosetes a lo Jason Statham . Aquí son todos unos auténticos hijos de puta. Una novela sin concesiones que retrata una Inglaterra de cenizas, plomo y lluvia. Zonas industriales oscuras y grises donde el alcohol es la única esperanza de evasión y el crimen la única forma de progresar.
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