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No es fácil hacer una reseña de este libro ya que Ann Leckie nos suelta en medio de la selva y nosotros solos tenemos que ir desbrozando la maleza para ir descubriendo el camino para que todas las piezas encajen al final de la novela. Y ese camino no es fácil. Empezando por la/el protagonista, una IA que controla cientos de cuerpos de una nave por lo que la/el protagonista posee cientos de puntos de vista y la narración va cambiando entre ellos de un párrafo a otro con el consiguiente caos monumental por parte del lector en los primeros capítulos. Otro problema es la traducción, en inglés el protagonista es neutro al ser una IA pero en castellano han optado por convertirlo en femenino, y eso no sería ningún problema si no fuera porque distintos personajes a lo largo de la historia cambian de sexo según el interlocutor con quien hable. Así que el caos monumental continúa. Otro punto es que el lenguaje es muy técnico, unos dirán que es un acierto por parte de la autora ya que la protagonista es una Inteligencia Artificial pero hay momentos en los que no me interesa saber que va a tardar 5,4 segundos en ponerse una chaqueta. Después de desahogarme, reconozco que el planteamiento, la historia y las preguntas morales que te plantea es de lo más original que he leído en mucho tiempo. Y le voy a dar una oportunidad leyéndome la segunda parte. Pero no le puedo dar más de 3 estrellas porque he acabado desesperado. |
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