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Paisajes congelados y extrañas costumbres son características que deben hacer muy difícil vivir en Invierno, el planeta en el que se desarrollan los eventos de la historia y esta dificultad se traslada al lector para acoplarse a su narrativa y más aún si es la primera vez que se acerca a la ciencia ficción o la fantasía adulta, en la que la autora despliega toda su inventiva para recrear no solo un nuevo planeta, si no toda una sociedad con sus propios credos, gobiernos e interacciones. No es necesario aprender de memoria en las primeras páginas las palabras de un nuevo idioma que designan conceptos, ya que poco a poco se entenderá su importancia y hará que sin reparos aceptes este nuevo universo y aprendas de él por medio de la visión antropológica de Genly Ai nuestro protagonista y guía, quien es un enviado por el Ecumen (la asociación de mundos conocidos) para intentar convencer a los gobernantes de Invierno a que se unan a ellos, con la promesa de un intercambio de conocimientos y tecnologías. Para conseguir su propósito el enviado que ha venido en un viaje de años luz en otro punto del universo, debe pasar un tiempo con los nativos de este extraño mundo, compartiendo sus costumbren y entendiendo su forma de vida, es esta actividad la que nos permite conocer la premisa de la historia que situó al libro en la controversia y sigue siendo tema de debate, la autora nos plantea la existencia de una sociedad de seres asexuados la mayor parte del tiempo, de características andróginas y hermafroditas, que en su gran mayoría solo usan el sexo para la reproducción durante su ciclo de Kémmer, en el cual deciden que rol desempeñar, siendo “padre” o “madre” y logrando cambiarlo en cada ciclo nuevo. Pero más allá de lo complicado que pueda sonar esta sociedad, la autora nos plantea su propia hipótesis de cómo podría funcionar un entorno en el que todos los seres son de género no binario, que sus deseos y motivaciones no radican en su impulso sexual ya que este es militado generando esto una reducción en la violencia guerrerista y la propia concepción de su cosmogonía e identidad. El libro esta escrito en gran parte a forma de estudio sociológico y antropológico siendo la primera mitad un desglosé de la observación de todas las costumbres políticas, sociales, familiares y económicas, abarcando el gran macro de este mundo, la segunda parte cambia totalmente dedicándose a lo individual, narrando con gran habilidad un intenso viaje de terreno y personal en el cual se nos muestra la deconstrucción del protagonista para lograr un mayor acercamiento y entendimiento de una manera diferente de relacionarse. Es un libro que he disfrutado a pesar de no ser fácil de digerir en un principio, considero que su fortaleza recae en lanzar una serie de pensamientos, posibilidades e hipótesis y permitirle al lector teorizar y debatir acerca de ellas y si es su deseo acercarse a los otros libros de la autora en los que el Ecumen hace presencia. |
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