InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Soraya47


Soraya47
29 December 2023
"Los árboles han crecido porque yo los regué con mi sangre" es una antología inquietante de ficción especulativa y oscura que profundiza en el abismo de la psique humana. Cada una de las ocho historias es un viaje laberíntico a través del lado oscuro del amor, un terreno marcado por el dolor, la obsesión y el deseo abrumador de control.

En esta colección, Eric LaRocca renuncia a los símbolos tradicionales del horror (evitando los monstruos del más allá) por una forma de terror más insidiosa, que se origina desde el corazón humano. Es en la prosa íntima, cruda y poética donde se desarrolla el verdadero horror, donde cada historia actúa como una disección meticulosa del trauma y la tragedia.

Estos cuentos son inquietantemente sangrientos, no en un sentido visceral, sino en la forma en que dejan al descubierto las heridas más vulnerables del alma. La escalofriante indiferencia con la que se desarrolla cada narración sirve para amplificar el terror, dejando imágenes grabadas en la mente.

Lo más convincente de esta colección es su enfoque en narrativas basadas en personajes. Aquí se explora la condición humana con un tema omnipresente de amor y deseo que actúa como motivo y telón de fondo del drama que se desarrolla. Este no es un horror al escapismo; es un espejo que refleja nuestras observaciones y reflexiones más oscuras; el tipo de espejo del que uno no puede apartar la mirada, porque contiene demasiadas cosas que le resultan familiares.

Es un testimonio de los fantasmas que nos acechan: recuerdos, arrepentimientos, rencores y amores perdidos. Cada historia se basa en la anterior, añadiendo capas de inquietud y melancolía a una experiencia de lectura que es tan profunda como desgarradora.

“Síguelos donde quiera que vayan” marca el tono de esta convincente antología con su narrativa conmovedora y onerosa. Como cuento inaugural, introduce al lector en un reino donde el dolor y la inquietud son compañeros constantes. A través de los ojos de un niño que lucha contra la enfermedad de su padre, el autor teje una atmósfera cargada de un siniestro presentimiento que atrapa al lector desde el principio.

La historia es un tapiz de inocencia infantil que se deshilacha en los bordes, mientras el protagonista navega por un mundo que se ha vuelto impredecible y amenazador por la sombra de la enfermedad. Es una poderosa exploración de la impotencia y la confusión que conlleva observar el declive de un ser querido y la inquietante comprensión de que algunos caminos, una vez emprendidos, son imposibles de desviarse.

Esta narrativa no sólo nos presenta la colección; nos sube al carro de una implacable montaña rusa emocional, señalando las profundidades de la experiencia humana que explorarán las historias posteriores. Es una oda desgarradora al vínculo entre padres e hijos, y al doloroso viaje que emprenden juntos, un viaje que, una vez iniciado, debe seguirse dondequiera que conduzca.

"Los cuerpos están para quemarlos” enciende un tipo diferente de horror en el lector, uno que estalla desde los rincones más oscuros de la mente. La historia se centra en un personaje atormentado por una implacable compulsión de quemar. Esta narrativa es una danza discordante de conmoción y empatía, magistralmente orquestada para inquietar y provocar.

El monólogo interno del protagonista es una corriente abrasadora de conciencia, llena de deseos violentos y horribles que el lector presencia con una creciente sensación de horror y lástima. A pesar de la naturaleza espantosa de estos pensamientos, el autor hábilmente evoca cierta simpatía por el narrador. Esto es especialmente conmovedor para aquellos familiarizados con la naturaleza espontánea de los pensamientos intrusivos, ya que la historia resuena con la angustiosa realidad de vivir con una mente que a menudo se siente como un enemigo.

Lo sorprendente de esta historia es su crudo retrato de la angustia mental y la batalla entre el verdadero yo y los pensamientos intrusivos y no deseados que pueden plagar la psique. La historia es un comentario profundo sobre la condición humana, que arroja luz sobre las luchas que enfrentan las personas con TOC y la agitación interna que conlleva dicho trastorno. Es una vívida ilustración del infierno interno que puede consumir la paz de una persona y de cómo, a veces, la línea entre el pensamiento y la acción parece terriblemente delgada.

“Esa cosa extraña en la que nos convertimos" profundiza en la vida de una pareja que enfrenta el golpe devastador de un diagnóstico de enfermedad terminal. Capta de manera conmovedora su lucha con el tictac del reloj mientras luchan contra el deseo de concebir un hijo antes del inevitable final.
Lo que distingue a esta narrativa es su inquebrantable honestidad al retratar al narrador. Lejos de ser un personaje unidimensional, el narrador está imbuido de imperfecciones humanas, pintando una imagen realista de cómo las personas afrontan el dolor y la pérdida inminente. Su cinismo y sus complejas emociones hacia la enfermedad de su cónyuge añaden una capa de autenticidad que es a la vez discordante y profundamente conmovedora.
El relato no rehúye los sentimientos confusos y a menudo contradictorios que surgen al amar a alguien que está muriendo. Explora la angustia y la desesperación de querer crear vida frente a la muerte, y la culpa y el desamparo que acompañan a estos deseos. La habilidad del autor para representar estas emociones crudas hace que la historia resuene con un poderoso sentido de realidad, destacando el hecho de que el amor, a la sombra de la mortalidad, no siempre es una saga poética de devoción y sacrificio inmaculados. Esta historia es es un examen desgarrador del amor, la pérdida y las complejidades de las emociones humanas, que ofrece un vistazo a las profundidades de la desesperación y hasta dónde llegamos para aferrarnos a la esperanza en nuestros momentos más oscuros.

"Los árboles han crecido porque yo los regué con mi sangre" es el mayor logro de esta antología, que cautiva a los lectores con su profunda intensidad y su narrativa desgarradora. Esta historia, que comparte título con la colección, es un viaje visceral que entrelaza temas de dolor, sacrificio y redención de una manera que deja una marca indeleble en el lector.

El autor combina magistralmente imágenes gráficas con profundas corrientes emocionales, creando una historia que es tanto una experiencia física como emocional. La historia es una exploración cruda y sin filtros del sufrimiento, profundizando en las profundidades de lo que significa soportar y sobrevivir.

Lo que hace que esta historia sea particularmente cautivadora es su capacidad para mantener sus secretos en secreto, revelándolos solo en los momentos más impactantes. El lector se ve arrastrado a un mundo que es a la vez impactante y fascinante, donde cada vuelta de página lo acerca a un final que es tan inesperado como satisfactorio.

“Se supone que no deberías estar aquí” es una mezcla de terror y suspenso cargada de adrenalina que atrapa a los lectores desde el principio y no los suelta. La trepidante narrativa de esta historia se centra en el día normal de una pareja en el parque con su hijo, que se convierte en una pesadilla cuando extraños con siniestras intenciones secuestran a su hijo. Luego, los padres se ven envueltos en un "juego" desgarrador en el que deben navegar por un laberinto de terror y desesperación para recuperar a su hijo.

La intensidad de la historia se ve realzada por su facilidad de identificación, especialmente para los padres. El miedo primario a un niño en peligro y hasta dónde uno estaría dispuesto a llegar para proteger a su descendencia son temas que resuenan profundamente. La hábil narración del autor mantiene al lector al borde de su asiento, haciéndole sentir la ansiedad y la urgencia de los padres mientras corren contra el tiempo en esta terrible experiencia.

La narrativa es una combinación magistral de suspenso y profundidad emocional, que hace que el lector se sienta parte de la búsqueda frenética. La atención al detalle y la tensión palpable hacen que esta historia se destaque, creando una experiencia inmersiva que es a la vez aterradora y profundamente conmovedora.

“Donde las llamas ardían de un color esmeralda como la hierba” marca una clara desviación en tono y atmósfera de las historias anteriores, presentando inicialmente una narrativa engañosamente serena. Esta historia se desarrolla en un entorno aparentemente idílico, donde un padre y su hija disfrutan de lo que parecen ser unas tranquilas vacaciones. Sin embargo, la tranquilidad se rompe abruptamente cuando la hija sufre una herida, lo que lleva a un fatídico encuentro con un misterioso extraño.

El optimismo inicial de la historia y el ambiente relajado sirven como una inteligente distracción, adormeciendo al lector con una falsa sensación de seguridad antes de sumergirlo en un torbellino de eventos inesperados. El acercamiento del extraño, inicialmente percibido como un gesto de ayuda, rápidamente se metamorfosea en algo mucho más siniestro, culminando en una propuesta impactante para el padre. La capacidad del autor para cambiar el estado de ánimo de calma a intenso sin previo aviso es un testimonio de su destreza narrativa. La perspectiva del padre como narrador añade capas de profundidad y complejidad a la historia, mientras lidia con la extraña y alarmante situación que se desarrolla ante él. Estamos ante un cuento que oculta sus secretos de manera tentadora, creando un aura de suspenso e intriga que mantiene cautivado al lector. Es un ejemplo magistral de cómo una narrativa puede transformarse de lo mundano a lo extraordinario, dejando una impresión duradera y hambre de más.

“ Para entonces ya no estaré ”es la penúltima pieza de esta profunda colección, que profundiza en el mundo emocionalmente complejo de los vínculos familiares y el inexorable paso del tiempo. Esta historia se centra en un protagonista adulto cuya madre anciana y enferma viene a vivir con ellos, lo que marca un regreso a las responsabilidades familiares de las que durante mucho tiempo habían tratado de escapar.

La narración explora el tema del niño pródigo, ya adulto, que regresa a regañadientes al redil familiar. Este regreso está plagado de tensión y una sensación de inevitabilidad, mientras el protagonista lidia con las exigencias de cuidar a un padre que alguna vez los cuidó. La historia examina la inversión de roles entre padres e hijos y la agitación emocional que acompaña a este cambio.

Lo que destaca es la habilidad del autor para crear protagonistas profundamente defectuosos e inherentemente desagradables que aún logran cautivar la atención del lector. El viaje del protagonista no es de redención o revelación, sino más bien de aceptación reticente de los inquebrantables ciclos de la vida.

“ Por favor, vete o te haré daño” se destaca como potencialmente la historia más controvertida pero profundamente impactante de esta colección. Profundiza en el tema tabú y profundamente inquietante del incesto, manejándolo con un sorprendente nivel de matices y profundidad melancólica que es a la vez inquietante y estimulante.

La narración sigue el viaje de un narrador y su anciano padre mientras se embarcan en una sombría excursión para visitar la tumba donde el padre desea ser enterrado. Este viaje parecido a una peregrinación se convierte en un telón de fondo para explorar su compleja e inquietante relación, revelando capas de confusión emocional y oscuros secretos familiares. La hábil escritura de Eric brilla en esta historia, mientras navega por el tema delicado con una destreza que evita el sensacionalismo, optando en cambio por una representación cruda y realista de los personajes y sus experiencias. La historia está cargada de palabras no dichas y emociones reprimidas, lo que hace que cada página sea una exploración conmovedora de la psique humana. La relación entre el narrador y su padre está llena de tensión, insinuando un pasado lleno de dolor y conflictos no resueltos. El título de la historia, se convierte en un estribillo inquietante que resume la complejidad de su vínculo: una mezcla de amor, resentimiento y un miedo profundamente arraigado a causar más daño.

Para los aficionados al terror que resuenan a nivel psicológico, esta colección es una clase magistral de sutileza. Es un viaje a través del terror y el dolor que hierve de emoción y que culmina en una conclusión impactante pero inevitable. LaRocca logra crear un tapiz de historias que, si bien se basan en lo identificable, transportan al lector al borde de lo insondable: los momentos más oscuros que enfrentamos como humanos. Este libro es una contribución notable al género, que dejará una impresión distinta y duradera.

Puedo y digo que son de los mejores relatos que he leído este año. Dilatando Mentes, siempre dejando maravillas.
Comentar  Me gusta         50



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(3)ver más