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Desde su primer encuentro en la clínica de rehabilitación ya parecía imposible que pudieran entenderse núnca, ni siquiera para mantener una conversación intrascendental. Ese primer encontronazo fue culpa de un adolescente con poco cerebro y una mano muy largo y a partir de ahí se van sucediendo varios hechos que pueden hacer dudar de que sean causales. Mía en toda esa primera parte ha llegado a sacarme de mis casillas cada vez que se encontraba con Daniel y no le permitía explicarse, ganas no me han faltado de taparle la boca y qu le dejase hablar. Poco a poco van sucediéndose las casualidades que hacen que si o si, tengan que llegar a un entendimiento, algunas explicaciones a partir de ahí algo mucho más intenso. Patrick me ha parecido un manipulador y un ser muy despreciable, por suerte hay otros personajes que compensan su actitud y sus manipulaciones, así cómo tambíen suplen la falta de cariño que ha sufrido Mía a lo largo de toda su vida. El final es muy bueno. Mía consigue lo que lleva persiguiendo desde su segundo encontronazo con Daniel. |
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