Este compendio de 25 relatos breves es una muestra clara de la literatura de Agota Kristof. Directa, concisa, una maquinaria de relojería. En este libro afloran muchos de sus grandes temas, la fugacidad del tiempo, situaciones descorazonadoras, están presentes en muchos de estos textos. Pero vayamos a lo concreto y sin destripar más allá de lo que sugiere la contra: "una mujer le explica al doctor que su marido se ha partido el cráneo con un hacha, al caerse de la cama" Hace relatos muy atípicos, de los que no dejan indiferente. Pienso que saca todas las capas que rodean a una historia y se queda con la esencia, pero ¡qué esencia!. |