Jenny Paige es una doctora en un pequeño pueblo llamado Snowfield, a la muerte de su madre sale del pueblo en busca de su hermana Lisa para irse a vivir con ella al pueblo. A su regreso a Snowfield pronto se darán cuenta que algo raro ocurre. El pueblo parece desierto y pronto se encontraran de bruces con el primer cadáver el cual presenta un aspecto bastante misterioso. Pronto aunque no sin dificultades pedirá ayuda a la policía de Santa Mira. Jenny, Lisa y un grupo de valientes policías tendrán que averiguar a quien se enfrentan y como vencer a este temible y misterioso enemigo. El libro te mete de lleno en la historia, tras una pequeña presentación de Jenny y Lisa y sus circunstancias, no metemos de golpe en la atmósfera agobiante de desoladora de Snowfield. El autor consigue crear esa sensación de agobio, incertidumbre y miedo de saber que puede pasar algo en cualquier momento y encima no sabes de que lado va a venir. Si le tengo que poner algún pero sería, que aunque tienen su papel muy al final de la historia la pequeña historia de Kale y más tarde el motorista no me han cuadrado mucho, Kale en menor medida, pero el otro ha sido una sensación de “de repente meto esto aquí” que me ha descolocado. Y el final, la batalla final contra el enemigo se me ha quedado un poco descafeinada. Un buen libro para pasar un poco de miedo y angustia que disfrutaras si eres fan del género. |