Movidas que vio Casandra

‘Movidas que vio Casandra' es uno de los libros que más he disfrutado su lectura en este año. No es común encontrarse con alguien con una mirada tan aguda, voz tan clara y pluma tan afilada. Con la capacidad de hacer reír mientras te obliga a pensar sobre tu presente -sobre lo que te pasa a ti, a tus amigas, a tu vecina, a tu madre…- y sobre nuestro pasado común, devolviendo (o dando por primera vez) la voz a mujeres que hasta ahora han tenido apenas un papel secundario en la historia de otros o en la Historia (Casandra, Mary Read, Nakano Takeko…). Es decir, propone una reconquista de las mujeres de su propia narrativa.
 
Este volumen es una antología de relatos frescos, originales, irreverentes, a veces surrealistas, algunos con experiencias desgarradoras y otras tan rutinarias como decidir arreglar (sin tener ni idea) el alicatado del baño (o cualquier actividad que se te ocurra) o hacer la reseña de un restaurante (donde hablas más de lo que te pasa a ti que de lo buenas o no que estaban las croquetas). Es genial esa sensación de no tener ni idea de por dónde te va a salir Gwen E. Kirby en la siguiente historia, ¡qué experiencia!
 
Si tuviera que buscar un punto en común, diría que los relatos abordan la amplia y variada experiencia de ser mujer (con ejemplos en diferentes momentos de la historia y del mundo) y una exposición de la variedad de violencia ejercida contra las mujeres. Esto suena dramático, y lo es por supuesto, pero hay poco drama en este libro y de ahí mi enorme admiración por la genialidad de la autora que consigue ser tan profunda y reivindicativa de una forma tan divertida. Básicamente tenemos protagonistas que están hartas, las vemos en momentos más o menos extremos, tomando decisiones vitales o simplemente tirando hacia delante. También tenemos protagonistas y narradores masculinos con los que Kirby expone como las estructuras heteropatriarcales tan presentes en nuestra realidad constriñen a todas las personas.
 
Los relatos son independientes entre sí, pero es genial tenerlos todos recopilados juntos porque tienen esa capacidad de a partir de la sátira hacerte reflexionar, ser más crítica con tu realidad, y también, son en cierta manera, zona de confort. Con estas protagonistas, estás entre amigas, a las que escuchas, entiendes, acompañas, con las que te agobias y te ríes. Aunque todos los relatos me han encantado (cosa difícil), los que están ambientados en el presente han sido mis favoritos (y el más favorito ‘Algunas cosas normales que pasan mucho').
 
Unos relatos inteligentísimos, para leer de forma absolutamente desacomplejada, con ánimo de pasarlo bien y reflexionar sobre nuestro tiempo y nuestra vida. Un libro que visibiliza mucho de lo que pasa y no se habla, desde lo anecdótico va haciendo fotografías en las que todos salimos. Genera conversación, encuentro y un espacio para compartir, ¿puede haber algo mejor que eso? Para mí, en pocas palabras, un libro tan brillante y genial.
 
No puedo pensar en este ‘Casandra' sin que las amigas con las que lo leí vengan a mi cabeza. Risas y lágrimas compartidas, mil reflexiones y debates. Me encanta como cuando se rompe con la idea de la lectura como actividad solitaria, surge la magia. Gracias por la compañía y por el espacio seguro.
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