Huérfana, monstruo, espía

Todo lo que esté relacionado con la Segunda Guerra Mundial capta mi atención por sistema, trate de lo que trate. Si además le añadimos protagonistas jóvenes que pasen por todo tipo de penurias para hacerme sufrir con ellos, mejor que mejor. Sobre estos temas, es muy difícil innovar porque más o menos todas las novelas con esta ambientación siguen un mismo patrón, que al fin y al cabo se resume en remover conciencias para que aquello que ocurrió no vuelva a suceder jamás en la historia de la humanidad. al ver la premisa de esta novela me emocioné bastante porque creí que al drama se le añadiría un poco de acción con una protagonista fuera de lo común: una judía con apariencia de nazi tenía que dar mucho juego para una trama trepidante. Como veréis a continuación, no ha sido así, al menos en gran parte del libro.
A grandes rasgos, los personajes principales son dos: Sarah y el capitán británico que le asigna la misión en cuanto se conocen y al que apenas llegamos a conocer nosotr@s, poco más que su nombre y algún dato suelto más, pero no tiene construcción en cuanto a personalidad ni historia personal más que la necesaria para servir de conexión a Sarah. Por su parte, Sarah es una protagonista que no ha sabido tocarme la fibra todo lo que debería teniendo en cuenta el calvario que se supone que es ser judía en Alemania en 1939. Cuando matan a su madre, Sarah se encuentra sola en el mundo, dando así inicio al título, hasta que conoce al capitán que la convence de que puede hacer más por su país quedándose que huyendo. Así que entonces pasa a denominarse a sí misma “monstruo” porque se ve obligada a hacer cosas que ella considera horribles. Yo no he visto este drama por ningún sitio ni nada de lo que tiene que hacer me parece tan terrible como para tener esta consideración de sí misma, más que nada porque los monstruos son los nazis que la rodean, pero para esto ya está la percepción de cada un@. Por último, cuando llegamos a la parte de “espía” ya es tarde, a falta de unas 50 páginas del final y quizás sea lo que me haya decepcionado más del libro, porque me esperaba una novela de espías en la Segunda Guerra Mundial y esto no se ve hasta prácticamente los últimos capítulos.
Por el contrario, la mayor parte de la novela sigue las peripecias de Sarah dentro del internado para jóvenes de la Liga de Muchachas Alemanas, una institución de élite para chicas de familias adineradas que buscan una educación refinada para sus hijas con los mejores valores alemanes nazis. En este sentido, como digo, me espera más acción en una novela ambientada en medio de una guerra mundial protagonizada por una chica judía de 15 años espía, pero la verdad es que más bien sus aventuras se basan en cómo sobrevivir al bullying de las chicas alfa del internado, a las que se ve obligada a acercarse para conseguir información vital para la misión del capitán, pero realmente en su estancia sólo vemos las dificultades que tiene para encajar por ser la nueva, para hacer amigas, para no acabar marginada, etc, pero no por ser una judía entre alemanas nazis, sino simplemente como ocurriría en cualquier otra novela juvenil de adolescentes que no encajan, o al menos eso es lo que me ha llegado a mí en cuanto a sensaciones.
Sin embargo, mi principal problema en realidad ha sido con el estilo de la narración. Demasiado tajante o seco a la hora de expresar situaciones de angustia o de alerta, cortando muchas frases, utilizando palabras sueltas sin transmitir ideas completas. Es difícil expresarlo pero simplemente no me gustan mucho las narraciones basadas en ideas inconexas de pensamientos y creo que hay que tener mucha destreza para transmitir sentimientos al lector utilizando esta técnica. Tampoco la utilización de flashbacks con breves escenas de Sarah con su madre han surtido efecto en mí, para empezar porque aún sigo sin entender la relevancia de incluirlos ya que realmente no aportan nada a la trama del presente, pero sobre todo porque al no estar diferenciadas de ningún modo en la edición, ni siquiera sabía que eran flashbacks hasta bien avanzado el libro. Siento que simplemente no me han convencido muchos de los recursos que utiliza el autor, como la repetición de frases una y otra vez, los pensamientos aleatorios de Sarah mezclados con sus acciones o el fundido en negro en escenas en las que para mí no tenía mucho sentido y hacía que perdiera el hilo.
Por lo demás, aunque la historia no ha llegado a aburrirme en ningún momento porque es ligera, sin grandes vueltas de tuerca ni muchos personajes ni muchos escenarios, pero tampoco me he visto con ganas de cogerla ni con dificultad para dejar de leerla aunque no hubiera acaba el capítulo. Dicho de otro modo, aunque me ha gustado leerla, no me ha resultado adictiva por la falta de interés en lo que le ocurre a la protagonista. Aún así, el libro entretiene aunque no tenga nada que te deje enganchado a las páginas y se lee fácilmente porque la letra es bastante cómoda y la edición en tapa dura con sobrecubierta está muy cuidada y es muy agradable para la lectura.
En conclusión, la sensación en general es buena pero la trama se queda demasiado vacía para lo que prometía (una historia de tensión con una espía infiltrada entre enemigos) ya que se conforma con ser una aventurilla de una chica en un internado para pijas y lo mal que lo pasa. Sin acción y sin tensión, o al menos a mí no me ha llegado ni lo uno ni lo otro. También es verdad que mis expectativas eran otras y eso influye mucho a la hora de disfrutar un libro cuando no resulta ser lo que esperas, pero aunque no había leído la sinopsis como tal y sólo conocía la premisa, la idea que tenía de esta novela era otra completamente distinta. Si os llama la atención la temática, mi consejo es que os animéis porque quizás si habéis leído menos sobre esta época, sí que logre sorprenderos a vosot@s.
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