Verano. Sol. Calor. Un calor sofocante, pegajoso, incómodo. Un pañuelo de lino blanco secándote el sudor que corre por tu sien derecha. Un manotazo en el cuello. Te ha vuelto a picar un mosquito. Otro más. Y van siete. Una brizna de hierba que mascas pesadamente. Más calor. Un hombre (tu padre) te recuerda que deberías mostrar “tenue”, pero has dejado de tenerle miedo. La vida se construye y desmorona a tu alrededor mientras solo te dejan observar. Una nouvelle que transmite como pocas un ambiente asfixiante desde el primer momento. No importa si has suspendido o aprobado, aunque ahora parezca que tu vida entera depende de ello. Este verano cambiará muchas cosas en tu vida, pero -sobre todo- aprenderás a darte cuenta de cuándo "la casa ya está lista". No, yo tampoco lo entendía. Hasta el final. Ahora sí. Ya no hay por qué tener "tenue". Solo importa vivir. Maldito calor. |