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A cada tomo que pasa, menos aguanto al personaje de Yukio. La autora le está dando mucho protagonismo para que intentemos comprenderle, pero a mí me resulta insoportable. Siento que se está montando una película mental él solo y está llegando a límites insospechados. Primero el encontronazo con Bon me dejó a cuadros, luego su reacción con Shiemi y por último el final del tomo que no me esperaba para nada. Está cada vez más inestable, pero es incapaz de pedir ayuda y encima dice que se siente solo y que no tiene amigos ni familia... todo por una paranoia mental suya y por ser tan cerrado con los demás. Habrá que ver qué consecuencias tienen sus actos a partir de ahora.
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