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El libro continua justo donde quedó la historia en el libro anterior, Eureka luego de dejar caer su primer lágrima ha inundando por completo todo, trayendo al mundo una catástrofe jamás esperada. Dejando un saldo de víctimas importante, Eureka debe ahora proteger a las únicas personas que aún conserva con vida. Con el colgante que le dejó su madre como herencia debería protegerse a sí misma, a sus seres queridos y por sobre todo enfrentar al temido Rey Atlas y acabar con su plan. Eureka ha cambiado todo, no es la misma chica que conocimos en el primer libro de esta saga, ahora carga sobre si la responsabilidad de haber destruido gran parte del mundo y de sus afectos. El final nos deja a todos con la desesperación de que salga ya la tercer entrega la cuál no ha dado señales aún de cuando sera publicada. Si bien lo que me atrapó de esta saga fue el misterio que la autora dejaba ver en cada capítulo, tengo que decir que en este libro me falto más de eso, suspenso y mayor intriga. Me esperaba más de esta segunda entrega, si bien la he disfrutado mucho y es entretenida, me he perdido con la historia en partes cómo cuando, presentan una cantidad de personajes nuevos y no sabes ya quien es quien. Me falto ese toque de magia que viví al leer la primera entrega. Aun así espero ansiosa la ultima entrega de esta saga y ver como sigue.
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