Un médico rural

Excelentes relatos. Una obra en la que podemos vislumbrar las propias vivencias de Kafka ya que en estos relatos nos vamos a encontrar todas las características y los rasgos propios que marcarán su gran estilo y su argumentario. También aparecen aquí sus reflexiones sobre la injusticia humana.

Son relatos breves, catorce pequeñas obras maestras. Un libro que ya acumula la esencia y la gran síntesis de lo absurdo, la ironía y el pesimismo, característicos de su obra.

En el revés de la trama, ya podemos encontrar al Kafka que ha de llegar. Sus relatos reflejan ya la alienación de la sociedad y por tanto también grandes reflexiones sobre la injusticia humana.

Esta recopilación de sus fantásticos relatos y una excelente traducción, merecen la pena ser realmente leídos. Y a pesar de envolvernos con sus metáforas y símbolos de posibles y diferentes interpretaciones, y traspasarnos la inquietud y la perturbación en cada uno de los relatos, no podemos dejarlos pasar.

Y fueron unos relatos publicados en vida del autor, no como la mayoría de sus obras, editadas posteriormente, a pesar de haber solicitado al amigo que las destruyese, pero las podemos disfrutar porque no lo hizo.

Siempre Kafka, siempre sus obras, siempre recomendado, también por Borges, siempre genial, aunque siempre inquietante.

Y en estos relatos será muy difícil elegir cuál de ellos es mas escalofriante, porque todos ellos tienen algún momento o rasgo que nos sobrecoge.

Voy a destacar algunos, como el que da título a la obra “El médico rural” donde se manifiesta un gran surrealismo, ya que el protagonista, el médico, se ve inmerso en una situación sin salida, sacrificando a su acompañante, Rosa, que dejará a merced de los caprichos de un abusador, aunque sometido al imperio del arrepentimiento y la culpa.

El relato, “Informe para una academia” que se presta a múltiples interpretaciones, en el que un simio va pareciéndose y adquiriendo las costumbres de un humano, es una sátira hacia el estilo de vida, bastante salvaje de los humanos. ¿A qué libro nos recuerda? Seguro que todos hemos pensado en Rebelión en la granja.

También es interesante destacar “Ante la ley” es un adelanto de la gran novela “El proceso”. Aquí ya vemos la imposibilidad de un campesino para llegar a la ley y la justicia, que nunca conseguirá.

Otro relato, muy impactante es el llamado “Un fraticidio” donde nos encontramos un observador pasivo de un gran drama y aquí recordamos a Caín y Abel.

Todos y cada uno de ellos son inmensamente interesantes, todos nos llevan hacia la profundidad del pensamiento. Hay que dejarse vivir en el mundo kafkiano y absurdo, que no es tan diferente al nuestro.

Kafka, un gigante, un temblor constante mientras lo leemos y queremos permanecer enredados, encerrados junto a él en cada libro, en cada cuento, en cada página.

Kaka, constante suspiro entrecortado en nosotros. Kafka, ni una sola arista roma. Kafka, pasándonos su inquietud, su desasosiego, su intensa profundidad, su perplejidad.

Kafka, capaz de encogernos en las emociones primero y soltarnos después a la inagotable luz del pensamiento y la reflexión.

Kafka quiere, persigue desembarcarnos en un puerto de inseguridades, contradicciones y peligros, sin dejar por ello de prestarnos un billete apto para algún tipo de tibia salida.

Kafka, deja de lado el mundo de lo visible ya que no parece interesarle aquello cuya categoría devenga de lo material o puramente lo sea.

Es por el contrario, el universo, el mundo inmateral, aquello que es invisible, lo absolutamente subterráneo, lejano a la pura percepción de los sentidos, es el espacio interior en el que se producen los sentimientos el que necesita indagar.

Tal vez sería necesario tener en cuenta lo que el propio Kafka dijo en sus cartas en relación a sus cuentos, dijo que sus cuentos no pueden leerse como una narración sino como un poema.

Y la verdad es que es una apreciación a tener en cuenta. Lo he probado y es que la lectura de sus relatos pueden romper todos los esquemas ya que no podemos darle sentido a lo que sucede en sus relatos porque van más allá de lo posible, van hacia espacios imaginarios.

Y sin embargo son geniales. Un abrazo surrealista.