Nicky, la aprendiz de bruja

¡No os podéis imaginar lo feliz que estoy de que, por fin, hayan traducido este libro! Y es que es una historia entrañable de una bruja que poco a poco descubrirá que sus poderes son valiosos.

Tenemos a Nicky, una joven brujita de trece años, que vive con sus padres; Okino, su padre, no brujo (¡muggle!), es etnólogo, es decir investiga los cuentos y las leyendas sobre hadas y brujas. Su mujer, la madre de Nicky, es Kokiri, bruja, la cual esta muy preocupada ya que cuando una niña, hija de bruja y un humano cumple los diez años, esta tiene de decidir lo que quiere ser, si una humana cualquiera o bien una bruja. Si decide esto último tiene otra importante decisión que tomar a la edad de trece años, que es cuando su madre ya ha terminado de enseñarle toda la magia que esta sabe, tendrá de irse. Y eso ocurre en una noche de luna llena deberá independizarse a la tierna edad de trece añitos, para ir a buscar su propio sitio (pueblo, aldea, etc. …) sin una bruja que regente el lugar para poder instalarse y poder ayudar con su magia.

Kokiri le enseñó lo poco de magia que sabe, antiguamente las brujas tenían mucha más magia, pero a medida que pasan las generaciones se fue apagando y queda muy poquito, así que Nicky solo sabe cultivar hierbas para poder elaborar medicinas que curan los resfriados. Dicho así no parece nada glamuroso y es por eso que Nicky no está muy por la labor, pero su otro “don” es volar con la escoba, que es lo que más le gusta a nuestra brujita, y no esta muy por la labor de irse de casa, está demasiado ocupada volando con su escoba, soñando despierta, volando entre los árboles en los que su pobre madre puso campanillas, para que despertase de sus ensoñaciones.

Pero un buen día Nicky junto con Jiji (su gato, que ha estado con ella desde que nació) inician su propia aventura, van a una aldea, en la que falta una bruja, y a pesar de su inexperiencia, de su aburrimiento hacía su “poder” principal, querrá a su pueblo, a pesar de las reservas iniciales, tendrá sus aventuras y con la ayuda de Jiji, lo irá resolviendo, también veremos que aunque no estaba del todo asentada en ese pueblo, se preocupará por sus habitantes y lo más importante, la querrán tanto como los lectores, os lo aseguro,

Nicky, la aprendiz de bruja, es un libro encantador, una historia entrañable que hará las delicias a los más pequeños y sobre todo a los nostálgicos y fans de Studio Ghibli. Entre la narración veremos preciosas ilustraciones que os robaran el corazón.
Tan sólo tengo el temor de que no se siga con la saga, quitando eso, os lo recomiendo muchísimo.