CloroFilia

Que nazcan editoriales nuevas siempre es motivo de celebración, pero lo es aún más si el proyecto empieza con un catálogo tan atractivo como el de Cerbero, una editorial que llega publicando novelas cortas de autoras y autores en un formato y un precio de lo más atrayente. Hoy quiero hablarles de CloroFilia de Cristina Jurado, el cuarto libro publicado en su colección de ciencia ficción.

“El fin del mundo lo pilló con la muerte en la garganta y corriendo contra el viento”.

Así inicia el capítulo cero, el primero de los seis que componen el libro, con una especie de prólogo en el que un hombre está tratando de huir del caos, pues su mundo, que podría ser perfectamente el nuestro en un futuro cercano, está siendo destruido por unas monstruosas tormentas de arena que parecen no tener fin, que arrastran polvo y toda clases de partículas en el aire de manera que respirar se vuelve un suplicio y que han obligado a los supervivientes a buscar refugio bajo tierra, donde la arena que se cuela por cada rendija no los pueda alcanzar con tanta facilidad.

Pero las condiciones en que viven no son ni muchos menos idílicas, la falta de recursos obliga a los supervivientes a cometer actos atroces en la búsqueda de comida y refugio, a perder su humanidad, si es que aún se les puede considerar como tal. En medio de ese panorama tan desolador llega para nuestro narrador una oportunidad única, la posibilidad de ir a un enclave donde sus habilidades como doctor y genetista pueden ser aprovechas, el tipo de oferta que no se puede rechazar.

“Necesitamos gente como usted, con sus conocimientos… Cuando conozca nuestro hogar podrá comprenderlo mejor”.

Conociendo el infierno que es el exterior, nos encontramos ahora años después en el Claustro, un refugio constituido por media docena de cúpulas comunicadas entre sí, un lugar seguro para un grupo de sobrevivientes que, protegidos de las tormentas del exterior, viven en una sociedad que busca cómo poder hacer algo más que sobrevivir escondidos, con la ilusión de poder volver al exterior.

Allí conoceremos a Kirmen, un joven que desde su nacimiento ha ido sufriendo una serie de operaciones, que han sometido a su cuerpo a un proceso paulatino de cambios que lo hacen poco a poco diferente a todos los demás, procedimientos dolorosos que lo mantienen largas temporadas recluido en la clínica, con la compañía de un doctor que parece disfrutar con su sufrimiento.

Kirmen ha crecido aislado, sintiéndose rechazado por ser diferente, por ser el elegido, un camino que él no escogió, pues fueron sus padres los que decidieron que él sería el encargado de salvarlos a todos cuando las operaciones y el cambio concluyesen, porque en las cúpulas hace años que no nacen bebés, y las mujeres sufren una pérdida tras otra, parece que estar escondidos de las tormentas no es suficiente si desean sobrevivir.

“Hijo mío… un día saldrás de aquí y ni el viento ni la polvareda inhumana de ahí fuera podrán detenerte”.

¿En qué se ha convertido Kirmen? ¿Por qué su piel es tan dura? ¿En que llegará a transformarse cuando las modificaciones estén terminadas? Son preguntas que solo podrán responder ustedes mismos al leerlo, yo ya no les puedo adelantar más, pero les aseguro que Cristina Jurado los sorprenderá. Mención especial se merece la artista detrás de la maravillosa portada del libro, Cecilia García, su ilustración encaja a la perfección con la historia y es una preciosidad.

Con descripciones potentes y una prosa maravillosa, la autora logra crear en solo 135 páginas un mundo plagado de horrores, donde la lucha por la supervivencia nos llevará a cruzar límites insospechados, porque muchas veces son las acciones de los personajes y no las poderosas tormentas, las que nos causarán verdadero pavor. No me queda más que recomendarles que le den una oportunidad a CloroFilia, lo primero que leo de Cristina Jurado pero que con seguridad no será lo último.
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