La humanidad ha sido conquistada por vampiros, llevaban planeándolo desde hace mucho tiempo. Ahora, los humanos viven en Cárceles, sitios con muros donde trabajan y se ven obligados a dar sangre para que los vampiros se alimenten. Ha sido increíble como en pocas páginas te sumerges en la historia para formar parte de ese mundo junto a Hugh, un humano que ya ha nacido dentro de ese orden pero y no deja de cuestionarse qué hay más allá. Veremos cómo están organizados dentro de este lugar, donde algunos tienen labores de mayor peso y tienen un status mayor, y al mismo tiempo sentiremos esa necesidad que tiene Hugh de saber qué ha sido del mundo y si hay supervivientes que han escapado de los mordedores. Un día, Hugh encuentra la forma de escapar, contando con volver en un futuro a por su familia. Todo va bien hasta que Mirella, una vampira, lo acaba descubriendo. Acaban haciendo el camino juntos. A decir verdad, me ha parecido una historia diferente dentro del género. La trama comienza como un viaje, por lo tanto no sabemos qué pasará. Iremos descubriéndolos, sobre todo a Mirella, ya que Hugh es más inocente y transparente aunque interesante. Nos hacen pensar en que ser diferentes no es malo. Este tema lo encontraremos a lo largo de la novela y ante diferentes situaciones. También me han encantado los personajes secundarios que van apareciendo, porque transmiten algo. Todos me han encantado ya sea queriéndolos u odiándolos. En lo relativo al viaje no os puedo decir mucho más porque lo interesante es ir descubriendo el camino a medida que lo lees. La pluma de la autora se hace muy amena y es fácil sentirse inmerso en este nuevo orden. Además, aunque una parte de la trama queda cerrada, la que queda abierta invita muchísimo a querer leer la segunda parte. Estoy ansiosa por saber más. |