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Si hay algo que la lectura de Extinción me ha hecho sentir es nostalgia. ¿Por qué? Porque es una distopía y además la protagonizan vampiros, dos cosas que hace unos años estaban muy en boga pero que han ido desapareciendo poco a poco. Sin embargo, Judit nos trae estos dos elementos de vuelta, y de manera muy satisfactoria, debo añadir. La lectura es ágil y fluida, el estilo es muy ligero y permite pasar las páginas casi sin que te enteres. La trama, aunque sencilla, es interesante, porque el mundo distópico está bien construido y la historia se entremezcla de manera bastante orgánica con la descripción de este mundo asolado por vampiros y en el que los humanos viven en Cárceles. Aparte de provocarme nostalgia, lo que este libro también ha conseguido ha sido sorprenderme en lo que se refiere a sus protagonistas. Yo no creía estar adentrándome en la historia con una idea preconcebida de cómo iban a ser, pero parece que sí, porque si no no me habrían sorprendido tanto. Y me han sorprendido de una manera positiva. En mi opinión, Hugh y Mirella son el gran punto fuerte de esta novela. Ambos personajes evolucionan a lo largo de la novela, aprenden mucho el uno del otro en las circunstancias en que se encuentran y logran deshacerse de los prejuicios y estereotipos para ver en el otro a alguien que, en realidad, les cae bien. Él, a pesar de haber nacido en cautividad por decirlo de alguna manera, y del resentimiento natural que les profesa a los vampiros, es capaz de ver más allá de lo que es la especie y apreciar que Mirella es un ser individual y que su especie no la define. Me ha parecido mucho más maduro y sensato de lo que me esperaba, y eso me ha gustado, porque ya tenemos suficientes libros protagonizados por personajes excesivamente dramáticos. Por otro lado, Mirella, a pesar de pertenecer a una raza evolutivamente superior, es muy consciente de todo lo positivo que tiene la raza humana y no los odia por haber obligado a los vampiros a mantenerse ocultos durante siglos, porque, de hecho, no está muy convencida de que, ahora que los “mordedores” gobiernan el mundo, la cosa vaya mejor que antes. La villana de esta primera parte también tiene mucha garra, es una villana en condiciones y que desde luego no favorece la romantización de los vampiros que se hace en algunas historias, lo cual es un punto muy a favor para mí. Una parte de la trama queda ya cerrada en este primer libro, pero se nos dan pistas de que promete ser más compleja en el siguiente, y además hay un aspecto de la relación entre Hugh y Mirella que ha quedado bastante abierto y que espero que se aborde inmediatamente en la segunda parte porque quiero saber qué pasa desesperadamente. Enlace: https://www.youtube.com/c/Mi.. |
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