Prueba de fuego

«La muerte, el dolor y la tristeza ponen las cosas en perspectiva»
 
El anterior no me gustó tanto como este, aquí me enganché al trabajo policial, tenía ganas de este tipo de novelas que se resuelven a pie, llamando a las puertas, interrogando a los sospechosos y revisando archivos y expedientes.
                 ¿Qué requisitos cumple esta novela para mí? Lo primero y más importante, el entretenimiento, he disfrutado visualizando cada escena. Me encanta William Wisting, esa imagen que el escritor da de él, un policía entrado en años, viudo, con una hija, Line, a punto de parir y convertirlo en abuelo, lejos de la otra visión, que también me gusta, el detective alcohólico con una historia atroz. William, con unos principios inquebrantables que se ajustan a una ley personal, «la búsqueda de la verdad». La trama se va enredando poco a poco, manteniendo el misterio en varios puntos, no es una trama compleja ni enrevesada. Cierto que los personajes no son muy oscuros, se ajustan a los estereotipos conocidos, pero no por ello faltos de interés. En resumen, la acción y la tensión, la hay, ese constante empeño de otros policías en poner trabas a William, que lo tiene todo en contra y el tiempo corre. Muy buenos los diálogos.
                Me fui de acampada y cumplió mis expectativas, entretener sin hacerme pensar, estoy de vacaciones.