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Este es el quinto tomo con las aventuras del shérif Walter Longmire en el condado ficticio de Absaroka, en un Wyoming rural. Esta vez el relato tiene un fuerte cariz de western con un shérif que tendrá que investigar el asesinato de un hombre en el condado vecino de Absalon, que es el condado natal del shérif. La víctima recibió 6 balas en el cráneo y la esposa se auto acusa del crimen. La sagacidad legendaria de Walter Longmire hará que éste dude de la culpabilidad por un detalle ínfimo… Hay en el relato una verdadera oda al caballo, compañero indisociable del cow boy estadounidense; animal inteligente y leal. Aprenderemos sobre el mundo equino lo que nos dará luces para entender el título original The Dark Horse. Y la yegua Wahoo Sue de la mujer encarcelada, es una maravilla creada por Craig Johnson. Porque con el caballo tendremos unas escenas finales de antología, dignas de un excelente western. Otra vez el shérif sufrirá físicamente porque en el relato anterior se le vio bastante maltrecho. Los otros personajes conocidos harán una fugaz aparición : el amigo cheyenne Henry Standing Bear que lo respaldará en una pelea; la volcánica ayudante de Walter, Vic, siempre enamorada de su jefe; su hija Cady que estuvo tan maltrecha en el tomo anterior, ahora casi de novia con el hermano menor de Vic, también policía; el otro ayudante del shérif, el vasco Saizarbitoria que se hace invisible desde el tomo anterior cuando casi pierde la vida. Hasta el fiel perro de Longmire, llamado « el perro », tiene que soportar palizas por sólo ser el perro del shérif. Hay mucho humor en este tomo, especialmente alrededor del agente FBI en camuflaje dans le Wyoming. Nuevos personajes aparecen como el cow boy, Hershell, que trabaja para la mujer encarcelada, un personaje entrañable. O la guatemalteca Juana, inmigrante sin papeles y apasionada de encuestas. Un punto negativo para mi : los saltos temporales permanentes en el relato que me distraían. |
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