InicioMis librosAñadir libros
Descubrir
LibrosAutoresLectoresCríticasCitasListasTest
>

Crítica de Inquilinas_Netherfield


Inquilinas_Netherfield
29 March 2024
El diamante de Moonfleet es un clásico de aventuras que yo siempre he asociado a La isla del tesoro, y pensando que iba a encontrarme algo muy parecido (aun teniendo muchas ganas de leerlo), lo he ido aparcando durante años. Una vez leído solo puedo decir que si alguien que me lea piensa lo mismo, que este libro es una historia juvenil de aventuras y piratas, está completamente equivocado. Es más adulta que juvenil, los piratas ni están ni se les espera, y sí, hay aventuras, pero también otras muchas cosas que hacen que este libro sea incluso superior en muchos aspectos a la novela de Stevenson. Me ha gustado muchísimo, os lo digo desde ya. Toda una sorpresa.

Moonfleet es un pueblecito en la costa de Dorset en cuyas orillas hacen trapicheos los contrabandistas y donde los naufragios que arrastran cadáveres y restos son el pan de cada día. Apenas cuenta con doscientos habitantes, todas las casas necesitan reparaciones o están directamente en ruinas y, cuando esto último sucede, directamente las derruyen, con lo que la vegetación comienza a campar a sus anchas en los cada vez más habituales espacios vacíos. En este ambiente decadente y decrépito vive John Trenchard, un adolescente de apenas quince años cuando comienza esta historia en 1757. Huérfano desde hace años, vive con una tía severa y estricta que no muestra más interés por su sobrino que el de alimentarlo y darle un techo sin mostrarle ni una pizca de cariño. Pero John tiene sus propios sueños y ambiciones: está obsesionado con encontrar el diamante de Barbanegra, con el que espera conseguir fortuna y ascender en la vida. Cuando una noche decide adentrarse en el hueco que encuentra en una tumba no es consciente de que será el final de su vida tal como la ha conocido hasta entonces y el comienzo de una nueva en la que unirá su suerte a la de Elzevir Block, dueño del hostal del pueblo. Juntos correrán mil aventuras, pero muy diferentes a esas de las “mil y una noches” que a John tanto le gusta leer.

Me encantan las novelas ambientadas en costas inglesas con contrabandistas y magistrados intentando detener estas prácticas maleantes, pero lo cierto es que aunque El diamante de Moonfleet tiene algo de esto, y además una escena de este tipo es la que pone realmente en marcha la historia, la trama real va por otros derroteros. El diamante del título forma parte de una leyenda local sobre un habitante de Moonfleet muerto hace muchos años, y el adolescente John Trenchard cree que si encuentra ese diamante no solo se convertirá en un hombre próspero, sino que podrá casarse con la jovencita de la que está enamorado, que es nada menos que la hija del malvado magistrado local y, por tanto, totalmente fuera de su alcance. Falkner pone a disposición del lector una serie de personajes que te imaginas sin lugar a dudas en un pueblo costero del siglo XVIII azotado por la pobreza y los impuestos gubernamentales, pero para mí destaca sobre todo este plantel el posadero, Elzevir Block, probablemente el mejor personaje de toda la novela y construido como soporte para todo lo que ocurre en ella. La trama no se circunscribe a Moonfleet porque la búsqueda del diamante nos lleva a otros lugares de Inglaterra e incluso a ultramar, pero dad por seguro que, a falta de mapa con una X marcando el lugar del tesoro, tenemos otras indicaciones igualmente prometedoras para encontrar esa preciada joya. ¿Que lo realmente interesante es lo que ocurre en el camino, la evolución del personaje de John, la relación que va forjando con Elzevir y los errores terribles que comete porque no es más que un adolescente con la cabeza llena de pájaros e inmaduro muy a su pesar? Pues también, pero me niego a entrar mucho en este terreno. Es que me niego a entrar mucho en cualquier terreno, porque será poco para lo que quiero decir y quizás mucho para lo que debería desvelar.

Os comentaba arriba que en mi cabeza, antes de leerlo, este libro era algo parecido a La isla del tesoro (libro que adoro y releí el año pasado, así que lo tengo muy fresco en la cabeza), pero nada que ver. Sé que es un libro juvenil o que está catalogado como tal (aunque cada vez hago menos caso a estas cosas porque no siempre estoy de acuerdo), pero esta historia se mueve en planos mucho más complejos y enrevesados que la de Stevenson (por poner un ejemplo, ya que la he sacado a colación varias veces) y resulta muy superior en conjunto. Sí, tenemos un protagonista adolescente que se ve envuelto en una serie de circunstancias que le llevan a vivir varias aventuras, pero el devenir mismo de la trama, el giro que surge en el último tercio, las propias vivencias, decisiones y consecuencias son muy adultas y más oscuras y sombrías de lo que anticipa el inicio de las páginas. Yo creo que El diamante de Moonfleet, como otros muchos clásicos juveniles de finales del XIX y primera mitad del XX, fue escrito con mucha intencionalidad por parte del autor en cuanto a los conceptos mismos que encierra y la manera de exponerlos. Evidentemente lo puede leer un niño o un adolescente y disfrutarlo hasta donde alcanza su breve experiencia en la vida, pero este libro en manos de un adulto cobra una perspectiva completamente diferente, se abren caminos totalmente ocultos para un lector de escasa edad y todo lo que ocurre en él golpea con mucha más contundencia y propósito.

Me da un poco de cosa hablar así de un libro que sé que en manos de otro lector puede provocar sensaciones muy diferentes y no resultar más que eso, un libro de aventuras juvenil (y que os haría pensar: "¿pero qué se ha fumado la MH esta?"), pero es que no me esperaba lo mucho que lo disfruté. No sé cómo habría sido leer este libro en mi adolescencia, seguramente la experiencia lectora hubiese sido totalmente diferente pero, hoy por hoy, creo que he leído Moonfleet justo cuando tenía que leerlo. Y voy a ser muy sincera, leí este libro hace ya cinco meses y no lo había reseñado todavía porque no encuentro la manera de explicar y transmitir mis sensaciones. Lo que cuente sobre él va a parecer un libro más de aventuras, y sin embargo es una historia que empieza tranquilita en el pueblo, va de menos a más, echando raíces poco a poco en el corazón del lector, creciendo y expandiéndose conforme avanzan las páginas, haciéndose fuerte con cada paso en el camino y sorprendiéndote cuando llegas al final y te encuentras emocionada hasta el extremo de las lágrimas porque no te habías dado cuenta de lo arraigada que tenías ya la historia y lo mucho que duele que te arranquen de cuajo uno de sus pétalos más hermosos.

Esta novela sigue viva en mi cabeza, sempiterna como la olas que no dejan de romper contra las costas de Dorset, y no creo que pueda añadir nada más. Me gustaría hablaros de muchas cosas que son muy importantes en la historia y que son las que se han quedado conmigo, pero no puedo hacerlo porque se desarrollan durante la trama y estaría contando mucho más de lo que debo. Sí os puedo decir que el verdadero diamante de todo lo que se cuenta en estas páginas está en la relación que se establece entre el adolescente John Trenchard y Elzevir Block, propietario del hostal. Elzevir perdió a su hijo a manos de las autoridades meses atrás y vuelca en John todo ese amor paternal que ya no puede volcar sobre su propio hijo. Estos dos personajes juntos son la verdadera joya de la corona, y su relación está tan bien escrita y desarrollada que, sin hacer ruido, devora todo lo demás. Sí, tenemos aventuras, tesoros, secretos, honor, lealtad, coraje, traiciones, contrabando, naufragios, muertes, romance... tiene escenas trepidantes que te mantienen en tensión, y escenas tiernas que te calientan el corazón, pero John y Elzevir juntos son otra cosa. Si un libro me deja con el corazón encogido al finalizar la lectura, con lo dura que soy para estas cosas, es porque ha traspasado muchas murallas.
Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
Comentar  Me gusta         20



Comprar este libro en papel, epub, pdf en

Amazon ESAgapeaCasa del libro
Apreciaron esta crítica ()(2)ver más